La historia de Crevillent y sus fiestas
El motivo de la celebración de las fiestas de Moros y Cristianos de Crevillent
La del 4 de octubre de 1609 constituye una de las fechas más significativas en la historia de Crevillent. Ese día en ejecución de una nueva orden real promulgada el 22 de septiembre, los moriscos de Crevillent, y de todo el Reino de Valencia, tendrían que tomar el camino del exilio definitivo en dirección a tierras africanas.
El rey Felipe III ordenaba que en un plazo de 3 días todos los moriscos del reino se dirigiese a los lugares dispuestos para su embarque. Se les permitiría llevar consigo todos los bienes que pudieran portar prohibiéndoles bajo pena de muerte la destrucción de sus propiedades o de sus cosechas.
En el caso de Crevillent la ejecución del bando real se produjo el 4 de octubre, día de San Francisco y también la festividad del Rosario.
La expulsión supuso la desaparición de nada menos que un tercio total de la población valenciana. Se abría, sin embargo, una nueva época: la de la llegada y el establecimiento de los nuevos pobladores cristianos. Significó la apertura de una verdadera frontera interior, donde los ciudadanos podrían buscar nuevas oportunidades. Atrás dejaban un pueblo prácticamente vacío y concluía con ello un ciclo histórico. Sin embargo, Crevillent no desapareció como sí ocurrió con otros pueblos del Reino de Valencia.
La leyenda de San Francisco de Asís
No deja de resultar interesante la pervivencia de ciertas tradiciones y noticias sobre estos hechos, ya muy mitificados durante el siglo XVIII e incluso principios del XIV. Este es el caso de la leyenda que nos transcribe y que se contaba aún entre los ciudadanos de Crevillent dos siglos después de la expulsión de los moriscos -y que ha hecho posible que ésta llegue hasta nuestros días-.
San Francisco, el que era y es patrón de Crevillent, se apareció al presidente de la comunidad musulmana para mostrarle una carta. Según se cuenta, ésta era la encíclica que anunciaba la expulsión de los moriscos de la península destinándolos a tierras africanas. Éste, después de dialogar con San Francisco, tomó la decisión de abandonar Crevillent pacíficamente y sin derramamiento de sangre. Resulta evidente que si San Francisco aparece en esta historia es porque el hecho ocurrió en el día de su festividad, el 4 de octubre.
Es por esto que, más de tres siglos y medio después de la expulsión, terminará eligiéndose este día para celebrar las fiestas en su honor: las fiestas de Moros y Cristianos. Esta festividad, declarada de interés turístico nacional desde el año 2005, es una de las más importantes de la localidad, junto con la Semana Santa, y es recibida con gran entusiasmo por los crevillentinos año tras año.