María José Rodríguez, vicerrectora de igualdad en la UA: “No conozco a un colectivo más valiente que las víctimas de violencia”
Hablamos con María José Rodríguez Jaume, vicerrectora de Responsabilidad Social, Inclusión e Igualdad y Directora de la Unidad de Igualdad de la Universidad de Alicante; que nos cuenta de primera mano qué competencias desarrollan desde la Unidad de Igualdad y cómo esta puede ayudar a los estudiantes.
Pregunta: Un tema actual e importante a tratar son los puntos violeta y las numerosas voluntarias que participan y cooperan ¿cuál es su función principal?
Respuesta: Los puntos violetas tienen dos finalidades: la más importante es tener un punto, un lugar, un espacio para hacer visible a la comunidad académica, principalmente a el alumnado, que existe una Unidad de Igualdad, donde tenemos un protocolo para la prevención del acoso sexual y por razón de sexo. La Universidad tiene mecanismos para prevenir e intervenir, la universidad es un espacio seguro, contra robos, incendios…, y contra la violencia que se ejerce hacia las mujeres.
P: Además, algo que se lleva a cabo en las manifestaciones de este ideal es la Lectura del Manifiesto de la Red de Unidades de Igualdad de Género de las Universidades Españolas para la Excelencia Universitaria (RUIGEU). Por lo general, ¿cuál es el perfil de quienes participan?
R: Afortunadamente, no hay ningún perfil, tenemos estudiantes de muchas titulaciones diferentes y que se acercan con el deseo sincero de poder contribuir a una buena causa que es la erradicación de la violencia de género o luchar contra las distintas discriminaciones que sufren las mujeres, aunque, mayoritariamente son chicas las que participan.
¿Hasta dónde llegan las competencias de la Unidad de Igualdad?
Nosotros no tenemos competencias en el tema de violencia de género, esas solo las tienen las Consellerias. Debemos saber diferenciar violencia de género de acoso sexual o por razón de sexo, que se puede producir en un entorno de trabajo por parte de un compañero cualquiera con el que no hayas mantenido ningún tipo de relación sentimental; ahí sí que tenemos investigar y tomar las medidas oportunas para que no se repita y en su caso, sancionar a la persona que lo haya hecho para que no vuelva a suceder.
En algunas ocasiones, los hechos alcanzan o pueden alcanzar tal gravedad, que los debemos trasladar al Ministerio Fiscal. En los casos de violencia de género, nosotros no podemos investigar ni activarnos porque no tenemos competencias, además son servicios que, afortunadamente, están muy especializados.
¿Qué tipo de situaciones han atendido en la Unidad de Igualdad?
Alumnas que vienen a consultarnos porque no saben bien qué tienen hacer y creen que son víctimas de violencia de género, desde aquí las derivamos, le explicamos qué ha de hacer y la acompañamos; las informamos, asistimos, les damos cobijo, calor…, nos aseguramos de que se sientan tranquilas, seguras y cómodas; y las derivamos a los centros especializados, acompañándolas en todo el proceso.
En otras ocasiones, nos llegan víctimas de violencia de género con una orden de protección que requieren unas medidas especiales. Aunque normalmente no son ellas, si no las propias fuerzas de seguridad del Estado las que nos advierten de la situación y se coordinan con nuestro sistema privado de vigilancia para establecer un protocolo personalizado para esa persona, de manera que le garantizamos su seguridad física. En algunos casos, no tenemos esa orden de protección, pero entendemos que la universidad no puede quedar sujetada a la activación solamente por una orden de protección, porque sabemos que la violencia de género es un fenómeno que no se denuncia, por lo tanto, ante cualquier alarma, cualquier indicio captado por el sistema de seguridad 24 horas, se activa el protocolo de protección.
Nuestro principal objetivo es que la víctima permanezca estudiando en la universidad, que no se descuelgue de su curso, que ese -el acoso- no sea el elemento que le haga salirse de su vocación, de su motivación.
Desde que se puso en marcha la unidad de igualdad, ¿ha notado una mayor concienciación por parte del alumnado?
Yo tengo rachas, la verdad. Hay temporadas y épocas que percibo que hay mucho interés, concienciación y reconocimiento de que la violencia de género es un fenómeno estructural y que por lo tanto, debemos involucrarnos: mujeres, hombres, todas las instituciones, todas las administraciones, los medios de comunicación… y lo noto, fundamentalmente, cuando una alumna tiene interés en hacer una entrevista y me cuenta su implicación por el movimiento hacia la igualdad; cuando ayer, 25 de noviembre, me entrevistan en la radio; cuando jóvenes se ponen en contacto conmigo porque tienen una compañera en clase que es víctima de violencia de género; cuando durante el minuto de silencio dedicado a las víctimas de violencia de género, había el mayor número de estudiante que jamás hemos visto en el campus… hay veces que sí. Creo que, en todo este contexto, sobre todo cuando ves las movilizaciones a nivel internacional piensas “algo está cambiando”.
Lectura del manifiesto durante la concentración del 25N(2019)
¿Y del personal docente e investigador y personal administrativo?
Sin embargo, luego ves las estadísticas, estudios de corte más sociológico… ves que hay un retraimiento de la edad en relación con los delitos y con faltas vinculadas a la discriminación frente a las mujeres; cuando leo eso, la verdad es que siento cierta desazón.
Yo creo que esto es una actividad coral, hay muchos departamentos, muchos institutos de investigación implicados; las facultades organizan actividades muy sugerentes de todos los niveles: cursos formativos, charlas de sensibilización, presentación de proyectos de investigación con evidencia empírica…; muchas actividades culturales y deportivas en solidaridad. La verdad es que hay una ramificación muy importante, que también es muy interesante puesto que somos más de 50000 personas en el campus, y de una manera u otra, esta diversificación permite que se cubran todas las sensibilidades de la población universitaria.
¿Cómo diría que podemos identificar la violencia de género?
Al final, la violencia de género tiene consecuencias. Lo importante es saber prevenir e identificar situaciones que podrían ser precursoras de este tipo de violencia: cuando te ningunean todo el rato, cuando no te valoran, cuando cuestionan todos tus méritos, cuando te excluyen de determinados contextos, cuando te vigilan, cuando te controlan las redes sociales, cuando te ridiculizan, cuando no saben valorar tu talento y tu singularidad… todo estos, cuando son ejercidos por tu pareja o expareja son indicadores.
¿Dónde considera que se encuentra la base de estos problemas?
Las cuestiones vinculadas con la violencia y la desigualdad en general frente a las mujeres se sustentan en un modelo ideológico muy poderoso, construido a lo largo de la historia y del tiempo que es el patriarcado; ahora reconstruido con nuevas formas, los medios de comunicación, las redes sociales, las noticias falsas que circulan, cuando se lanzan datos estadísticos absolutamente tergiversados y que incentivan y alimenta ciertas ideologías.
¿Qué cree que habría que hacer para erradicarlos?
Yo diría que es un cambio de fondo, de valores y de culturas. Al fin y al cabo, la violencia se alimenta de un modelo cultural muy concreto, y como se ha construido histórica y culturalmente, se puede revertir por las mismas artes: con un modelo educativo basado en el principio de igualdad; con una participación total de los medios de comunicación, del personal docente, del alumnado… cada uno, dentro de su condición tiene su papel.
Para mí hay dos aspectos que me han ayudado mucho en mi carrera, y en concreto, es estas situaciones: Tener capacidad de empatizar y, por lo tanto, poder sentir lo que otra persona puede estar viviendo en ese momento con todo lo que ello desencadena. Y, por otro lado, tener sentimiento colectivo, saber que, si a pesar de que yo no esté viviendo algo así, muchas mujeres en mi universidad, ciudad, en el mundo… lo están sufriendo. No es una lucha de una, es una lucha de todas y todos.
El protocolo se aprobó en 2015 y hasta ahora, en algo más de cuatro años, lo hemos activado en nueve ocasiones. Cuando hicimos el tercer informe diagnóstico, publicamos las estadísticas, la relación de casos… Entendemos que una universidad de calidad es una que capaz de publicar cualquier tipo de datos, no es un demérito ni un deshonor para una universidad publicar algo así como hasta hace poco tiempo se creía o se percibía; todo lo contrario, es una estrategia abierta, transparente, activa, podríamos decir que beligerante, el publicar estos datos lo podemos considerar un “aviso a navegantes”. Este protocolo no está escondido, no hacemos oídos sordos, se ha activado hasta en nueve ocasiones en cuatro años.
La ciudad de Alicante el pasado 8 de marzo(2019), cientos de personas en la misma ”lucha” hacia la igualdad
Desde que comenzó el programa de prevención y actuación, ¿cuántos casos de acoso sexual han tratado? ¿Y por razón de sexo u orientación sexual?
En cuanto a casos por razón de sexo y de orientación sexual, no hemos tenido que activar el protocolo en ninguna ocasión. Hemos tenido más bien algunas denuncias por situaciones homófobas dentro del campus, estudiantes que nos han manifestado su malestar frente a comportamientos y situaciones dentro del aula que hemos resuelto a través de una intervención más puntual.
¿Los maltratadores suelen tener un perfil concreto? ¿Comparten ciertas características?
Todos son diferentes, pero hay una que comparten todos: no son conscientes de que están siendo acosadores sexuales o por razón de sexo, lo naturalizan, lo minimizan, lo ningunean… no son conscientes a pesar de que se lo expliques, a pesar de que les pongan una denuncia, lo trivializan, lo banalizan; lo tienen tan interiorizado que no son conscientes de verlo.
¿Cuál suele ser el estado anímico y psicológico de las personas que denuncian?
Vienen destruidas, con un gran sentido de vergüenza y de pudor muy importante. Además, en la universidad se junta un elemento que es muy torturador para ellas: si son docentes te dicen “es que yo tengo formación ¡y no lo he podido identificar!”. Estamos tan metidos en el ciclo de la violencia que se nos hace casi imposible abstraernos y mirarlo desde fuera para tomar medidas.
En mi intervención en los actos institucionales del 25N, recuperaba la definición de María Moliner para las personas valientes, se me pone la piel de gallina. En la universidad no conozco a un colectivo más valiente que las víctimas de violencia, es un fenómeno que no te explicas, “¿por qué a mí?”, “¿cómo no he podido darme cuenta?”.
Además, la Universidad de Alicante cuenta con un protocolo para la prevención del acoso sexual y por razón de sexo, además de mecanismos para prevenir e intervenir. Consúltalo aquí.
¿Piensas que podrías ser víctima de violencia o conoces a alguien que podría serlo? No dudes en consultarlo en la Unidad de Igualdad de la UA, estarán encantadas de recibirte y aconsejarte en todo lo que necesites.
Unidad de Igualdad (Edif. Rectorado)
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