Antoanela Pentcheva Stancheva: “Creo que estaba más tiempo en un escenario que en el colegio.”
Antoanela nació en Shumen, Bulgaria y vivió allí hasta los 19 años. Se trasladó al capital del país para realizar su sueño – ser bailarina. Lleva trabajando 22 años como artista de variedades. Actualmente trabaja con su suegro en Benidorm. Tienen su propio espectáculo que se llama “Linda’s show”.
P: ¿A qué edad empezó Usted a dedicarse a la danza?
R: Desde muy, muy pequeña, a los 6 años.
P: ¿Cómo empezó todo esto?
R: Mi madre me apuntó en una escuela de baile. Al principio, no estaba muy entusiasmada, pero después de la segunda/tercera vez que acudí a las clases, de verdad que esto me gustó.
P: ¿Cuándo se dio cuenta que quería dedicarse a esto toda su vida?
R: Más o menos cuando tenía unos 10 años.
P: Muy pequeñita, ¿no?
R: Sí, y tengo que reconocer que en invierno, cuando caía enferma por el frio, como mi madre era enfermera siempre le estaba pidiendo que me firmase justificantes para no ir al colegio. Sin embargo, nunca faltaba a las clases de ballet. En esto no fallaba. (Riéndose)
P: ¿Ha estado muchas veces subida en la escena?
R: De verdad que sí. Creo que estaba más tiempo en un escenario que en el colegio. Porque yo vivía en Bulgaria, en la época del comunismo y entonces se promocionaba mucho el arte; Uno de los eventos fue muy popular – El festival “Bandera de la paz”. En él, se reunieron durante 7 años seguidos, niños y jóvenes talentos de todo el mundo. Fue una iniciativa fantástica.
P: ¿Dónde realizó su formación?
R: En 1984, si no me equivoco, me trasladé a la capital de Bulgaria – Sofia, donde estaba el conservatorio. Había dos especialidades: El ballet clásico, donde se entraba desde muy corta edad y las danzas nacionales búlgaras, la especialidad que yo escogí. Ingresé a través de un examen muy duro, nos presentamos 365 personas para 20 plazas y yo fui una de las 20 afortunadas. Estudié allí 5 años.
P: ¿Qué pasó al terminar su formación?
R: Enseguida me ofrecieron trabajo, así que directamente del conservatorio me fui al ballet nacional de baile folklórico en Varna. Allí estuve 2 años bailando y, al mismo tiempo, trabajaba como coreógrafa con niños pequeños. Tenía dos grupos: uno de niños de 6 a 10 años y otro, todavía me emociono al recordar, de niños con visión reducida. En la ciudad había un colegio especial para ellos.
P: ¿Por qué decidió venir a España?
R: No fue una decisión premeditada. En el año 1991, el ballet estatal de folclore búlgaro, donde yo trabajaba, recibió una invitación para hacer una gira por España. Era la fiesta de las Hogueras de Alicante y participamos con un desfile y un concierto.
P: ¿Y qué pasó después?
R: (Riéndose) Los empresarios que nos contrataron tenían dos hijos. Me pasó algo que hasta ese momento, nunca me había pasado – un flechazo. Nos enamoramos y empezamos un romance. No sé si sabrás que el folklore búlgaro es uno de los más coloridos del mundo y gusta mucho. Así que, al año siguiente nos volvieron a invitar a España. Yo continuaba con mi romance y cuando el grupo volvió a Bulgaria, yo decidí quedarme. Empecé a trabajar con mi novio y sus padres, artistas también, en su espectáculo de variedades.
P: ¿Cómo se trabaja con la familia?
R: Bueno, tiene sus más y sus menos. Por un lado está bien porque hay confianza; pero por otro lado, imagínate 24 horas junto a alguien, a veces te agobias. También tenemos momentos muy, muy divertidos. La vida de los artistas, realmente, no es nada aburrida. Mi novio, ya mi marido y sus padres también eran bailarines en Bulgaria. Pero en España se dedicaron a números artísticos de variedades.
P: ¿Y cómo es la vida de una artista?
R: Siempre estás sobre ruedas con la maleta preparada. Un día estas en un sitio, otro día en otro. Sales por la noche a las 8, actúas a las 10 y vuelves a casa sobre las 3 o las 4 de la mañana. Duermes por el día y trabajas por la noche. No es muy cómodo para muchos, pero a mí me gusta. En el año 94 nos contrataron en las Islas Canarias, el sueño de cualquier artista y nos quedamos allí 7-8 años. Me quedé embarazada de gemelos, y luego volvimos a Benidorm.
P: ¿Cambió en algo su vida el nacimiento de sus hijos?
R: No. Estuve en el escenario casi hasta el sexto mes del embarazo y sólo me bajé cuando los médicos me prohibieron seguir bailando porque era un embarazo de riesgo. Sí, dos meses me quedé en casa, pero a la semana de dar a luz, volví de nuevo a la escena. Esta es mi pasión.
P: ¿Hasta qué edad piensa dedicarse a esta profesión?
R: Como en todo, la edad influye. Es muy importante que una artista se dé cuenta de cuando tiene que reinventarse. No se trata de parar. Después de dar la luz mi cuerpo cambió y encontré otra manera de seguir en la escena.
P: Si pudiese cambiar algo en su vida, ¿qué sería?
R: Creo que no cambiaría nada. Estoy muy contenta con mi vida y con mi trabajo. Desde pequeña sabía que esto es lo que quería hacer, y estoy muy feliz de dedicarme a lo que quiero, para lo que me he preparado. Estoy muy orgullosa de mi misma y lo de que hago.