X-Men: días del recuerdo pasado
Es difícil analizar una adaptación cinematográfica sobre los cómics de los mutantes de Marvel, básicamente porque a lo largo de la historia dichos mutantes han vivido sagas y series memorables que los han distinguido del resto de superhéroes y además les han otorgado un puesto reconocible en la historia del cómic. Pero que pasa, que cuando se hace una película, difícilmente se puede mantener toda la esencia de un grupo de personajes con varias historias memorables a sus espaldas, sin contar la cantidad de fieles seguidores que miran con lupa cada adaptación a la gran pantalla sobre la patrulla X. Joss Whedon lo hizo muy bien con «Los Vengadores», pero Bryan Singer no.
Desde el punto de vista técnico, de realizador audiovisual y espectador, diré que la película reunía unos ingredientes bestiales que se han elaborado con una receta equivocada. Para empezar, cuando me enteré de que el autor de X-Men 1 y 2 volvía a la carga con esta nueva entrega, me llevé las manos a la cabeza. Por mucho que despuntase con sus anteriores entregas, Bryan Singer ha vuelto a pinchar con este largometraje (tal y como le sucedió con Superman Returns). Días del futuro pasado es fría, a ratos sosa, y las escenas de acción no culminan con ese brillo que todos, o al menos yo, esperamos en ese momento. Singer destaca cuando demuestra lentamente las habilidades de los mutantes por separado con un buen discurso de planos y puesta en escena (Mercurio y su escena con las balas, Magneto y el estadio), pero aun así no llega a ese nivel de entretenimiento que tan sobradamente demostró Matthew Vaughn con su excelente “X-Men: Primera generación”. El guion está bien escrito para los espectadores, pero mal escrito para los fans del cómic y de las películas. No voy a profundizar en muchos detalles que achacaban la mayoría por conexiones temporales mal realizadas con las anteriores películas (creo que la gente no recuerda que “Primera generación” es una película de X-Men totalmente distinta de las anteriores). La fotografía y el diseño de producción muy notables y acertados, recreando correctamente las dos épocas que se reflejan en el film. En cambio el montaje del también compositor John Ottman (magnifica BSO que recupera el temazo de X-Men 2) es demasiado alargado y se podría haber contado lo mismo con menos metraje.
Como fan de los X-Men, y de los superhéroes en general tanto de Marvel como DC, me aburre ya un poco el aluvión de películas y series que están saliendo al mercado como si sólo existiese ese género fílmico. Además, muchas de las películas lo que hacen es desprestigiar el auténtico trabajo de los equipos creativos que dan a conocer los cómics basados en las aventuras de los personajes, como sus verdaderas historias, las relaciones con los personajes, las subtramas que desarrollan, y por supuesto…la fidelidad. A veces pienso que los guionistas de las películas escriben para poder cobrar cuanto antes un cheque en el banco, porque lo que es cumplir con la esencia de lo que en su día fueron los superhéroes, muy pocos. X-Men: días del futuro pasado, está filmada con el único propósito de vender imagen, que los niños vean a Lobezno (personaje que ya me cansa), y que Jennifer Lawrence siga demostrando que es muy fan de los “Blue Man Group”. Ian McKellen y Patrick Stewart como los futuros Magneto y Xavier se muestran como mutantes en los que sus habilidades sirven de bien poco, a Tormenta le cuesta hasta volar (no culpo a Halle Berry de su embarazo), y el resto de mutantes defienden como pueden el ataque de los futuros centinelas. Ni siquiera usan a Cíclope para capitanear el ataque, como bien hacía en los cómics, para que los mutantes luchen contra los centinelas (no, para mí X-Men 3 no existe), espero que algún día los guionistas recuerden que es uno de los mutantes más poderosos de todos. Para mí hay demasiados mutantes para una historia que al final acaban protagonizando sólo unos pocos de ellos que son Lobezno (como no), bestia, mística (como no) y los jóvenes Xavier y Magneto, excelentes Michael Fassbender y James McAvoy.
Me faltó una batalla final al estilo James Cameron en “Avatar” o el coliseo de “El ataque de los clones” en Star Wars II, es decir todos los mutantes a saco con los centinelas. Y en general un metraje con más nervio y emoción como el que vimos en “Primera generación”. Espero que X-Men:Apocalipsis sea lo que le falta ser a X-Men: días del futuro pasado, y no se repita un collage de la nostalgia de Bryan Singer por sus anteriores películas de los mutantes que tanto éxito le brindaron.