Juanan Moreno: «Como actor, autocontratarte es la mejor alternativa.»

Juanan Moreno: «Como actor, autocontratarte es la mejor alternativa.»

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Juanan Moreno se ha convertido en el hada madrina de Elda, su ciudad natal. Aunque no ha pasado toda la vida en el municipio alicantino debido a su profesión de actor, por la que se vio impulsado a viajar hasta Los Ángeles para formarse y asentarse mas tarde en Madrid, es en Elda donde Zambombilla, el personaje de su obra «La vida privada de las hadas madrinas» se presentó por primera vez. En esa ocasión, como en las que vinieron después, conquistó el corazón del público por su traje rosa a conjunto con su pelo, además de su barba y pelo en el pecho, entre otros motivos. Y es en Elda donde, de nuevo, Juanan Moreno vuelve a mostrar la vida, ya cada vez menos privada (ha estado con la función también en Madrid), de ese hada madrina algo torpe, alocada e irreverente, que lucha por conseguir sus sueños en un mundo en ocasiones despiadado, pero que no le impide dejar de sonreir, algo que tiene que ver mucho con la historia de su autor, el propio Juanan. Él mismo escribió el texto en un momento de decisión de su carrera, después de haber participado en cortometrajes, spots publicitarios y realizado personajes episódicos en series como Cuéntame. Y es que, según Juanan, hay muchas cosas de él en Zambombilla, «menos el pan de calatraba. A mi no me gusta nada».

Un monólogo para los amantes de la comedia, el teatro, y accesible al bolsillo de cualquiera. En un formato parecido al del microteatro (una obra de menos duración, y de público y escenario más reducido) «La vida privada de las hadas madrinas» se representa de nuevo con gran éxito en taquilla los días 23 y 30 de octubre en el hall del Teatro Castelar de Elda. Eso sí, solo para los que crean en la magia. Y por supuesto, en el humor.

P: ¿Cómo definirías tu obra “La vida privada de las hadas madrinas”?

R: Yo creo que “La vida privada de las hadas madrinas” habla sobre todo de luchar por lo que uno quiere en la vida aunque se haya nacido en las antípodas de ese sueño. Es decir, que no hay nada imposible, no hay nada inalcanzable por extraño que parezca, incluso llevado al extremo, como que un chico quiera ser hada madrina o que haya un hada madrina chico. Este tema va de la mano de otros dos muy importantes en el monólogo, que son lo esencial que es ser uno mismo, no traicionarse, ser fiel a lo que uno es, lo que uno siente, a como uno se ve, con sus defectos y virtudes. Y el otro tema es el amor, que es muy importante sentirnos queridos, en la familia, amigos, o con la persona especial que cada uno tiene predestinada en la vida, si se tiene.

P: ¿Y cómo surge la idea de realizar ese proyecto? ¿En qué te inspiras para crear ese personaje tan peculiar y un guión tan irreverente?

R: La idea surge por muchos lados… Por un lado, de lo descorazonador que es estar esperando a que suene el teléfono, que no cuenten contigo para proyectos, que no salgan castings, que esté todo tan mal… Dices “soy actor pero estoy en mi casa, no hago nada ¿qué tipo de actor es esto?”. Yo toda la vida había tenido habilidad para escribir, me gusta mucho, y creo que mi fuerte en general es la imaginación. Participé en un taller de escritura creativa en 2012, algo que me puso como en la rampa de despegue. Empecé a escribir relatos pequeñitos, uno de ellos (que por cierto lo tengo en Facebook) se titula “Buena, Bonita y Barata”, y es la historia de un hada madrina a la que, por decir así, excomulgan durante un año de la escuela de hadas por haberse enrollado con el padre de la niña a la que cuida, y la castigan obligándola a ejercer la prostitución en la Casa de Campo, un sitio de Madrid típico de prostitución [risas]. Entonces con un poquito de por aquí y de ahí, y esa sensación de querer hacer algo surgió… El estilo tan irreverente viene un poco por mi sentido del humor, por eso me gusta tanto Yolanda Ramos, es lo que me hace gracia. Lo que creo que tiene es que es una historia muy marginal pero a la vez muy mainstream, muy palomitera, muy para todos los públicos. Está en una delgada línea entre algo muy Disney y algo muy underground. Lo que me gusta es llevar los extremos al foco de luz de manera muy apetecible.

P: ¿Tenías claro desde el principio que la función sería un microteatro? Es decir ¿Sería posible la obra en otro formato o está pensada para ser así, corta y cercana?

R: Sí. Lo escribí para que dependiese de muy poquita gente. Como el guionista era yo, el director iba a ser yo, yo diseñé el vestuario, y todo lo que necesito lo llevo yo (excepto en Madrid, que si me han puesto mucha banda sonora [risas], porque hay gente conmigo durante el pase) no quería que dependiese de nada. Para un espectáculo tan pequeño creo que era fundamental la proximidad con el público, para que enseguida hubiese un vínculo casi físico. Y al ser un espectáculo pequeño creo que se iba a diluir en un gran espacio. Además en un monólogo para mi sobrepasar la hora es peligroso. La obra es más que un microteatro, que suele durar 15 minutos, esta dura 45… Hay gente que me dice “se me hace cortísimo”, “podría haberte escuchado una hora más”, pero hay que ser preciso para que la gente se quede con ganas, o de más o de decir “wow, como lo he disfrutado”. Aunque sí, creo que se podrían hacer cosas más grandes. Yo ya he fantaseado con hacer “Zambombilla el musical” o “la vida privada de las hadas madrinas: el largometraje” [risas]… Incluso amigos me han propuesto hacer una película de animación tipo Shreck, ya que es un tema que bordea un poco la infancia y los cuentos de hadas pero tiene ese toque maduro… Así que no te digo que de aquí surjan historias más grandes con el tiempo.

P: Cómo actor, realizar tu propia obra ¿Es una buena alternativa cuando no se tiene mucho trabajo o realmente implica más quebraderos de cabeza?

R: Desde luego que realizar como actor tu propio trabajo, autocontratarte, autoproducirte, es la mejor alternativa. Lo que pasa es que es complicado… Yo he estado muchos años esperando la oportunidad, que alguien contase conmigo, que me hiciesen una prueba y que de repente me descubriesen y fuese perfecto para el papel, y ya de ahí de una cosa a otra… como sucedía antes. Pero para eso hay que darse cuenta, decir “ya estoy cansado de esperar”, coger de verdad las riendas y ver qué se puede hacer… Y ahora que es mi “pequeño gran éxito” puedo decir que es lo mejor que he hecho en la vida, que ojalá lo hubiese hecho antes. Pero creo que las cosas llegan cuando tienen que llegar, tienes que alcanzar psicológicamente un punto en el que digas “ahora es el momento”. Y es verdad, son muchos quebraderos de cabeza porque estás solo en el viaje, a veces pienso que me gustaría tener un director que estuviese pendiente de esto, o compartir algo con otra persona que me diga si esta parte funciona… La primera vez que lo hice nadie lo había visto, ni mi madre. Pero yo tengo una cosa y es que tengo mucha fe en mi, y eso me tranquiliza. No a gran escala, pero a pequeña escala he podido comprobar que tengo algo que conmueve a la gente, para reír o para emocionar. Y claro, te tienes que sacar las castañas del fuego todo el rato, pero ha merecido mucho la pena, estoy encantado de la vida.

P: ¿Qué tiene Zambombilla (el hada madrina) de Juanan?

R: Tiene mogollón de cosas mías… Yo no podría haber escrito este texto y este personaje sin todo lo que he vivido en estos últimos cuatro años en general en mi vida. He querido hacer catarsis con este monólogo con algunos aspectos de mi vida. Por otro lado, al escribir un personaje para mí lo he escrito a mi medida. A mí me gustan los personajes extravagantes. Yo encuentro que resulto natural y creíble en las cosas particulares, quizá porque yo también lo soy en la vida real [risas]. De hecho, hay una cosa muy bonita y es que la gente que me conoce mucho, mi vida, mis amigos íntimos, mi familia, muchos de ellos se quedan con el corazón encogido cuando vienen a verme porque saben hacer un lectura más íntima, definitiva del personaje. Pero creo que en general la gente conecta mucho con el personaje, a la gente le enternece enseguida, saben leer la historia que hay detrás del tul rosa. Pero claro, la gente que me conoce a mi más hace esa última lectura, y es muy emocionante. Zambombilla es una persona que lucha por su sueño, ser hada madrina, en mi caso ser actor, ser un tío grande en lo que me he propuesto. Yo también soy un tío bastante pintoresco, y estoy muy orgulloso. Mi personalidad es mi patrimonio. Y francamente, a la gente le gusta. La gente quiere alguien auténtico. A mí me gusta rodearme de gente de verdad, aunque sea diferente a mí en mil cosas. Y luego la parte del desamor, del amor, yo soy un tío muy frágil, y eso indiscutiblemente está. Pero lo que más tiene Zambombilla de mí es mi sentido del humor, y mi manera de reírme de mí, del mundo, de la vida, esa cosa de “te estoy contando una burrada y te estoy estrujando un poco las tripas pero te lo estoy contando con una sonrisa”. Lo que yo siempre digo es que el público cuando acaba de ver el monólogo quiere llevarse a Zambombilla a casa, aunque sea un desastre, aunque sea tan rara, pintoresca [risas]. Y es lo que yo quiero también al final del día, que alguien me quiera llevar a su casa (una casa entre comillas) [risas].

P: Después del éxito de la obra, ¿Tienes en mente escribir algo nuevo o aún le queda mucho recorrido al hada madrina? ¿Has pensado en llevarla por más lugares de España?

R: Después de esta segunda reposición en el Teatro Castelar en Elda, vuelvo inmediatamente a Madrid, si todo va bien, el primer jueves de noviembre en Selectos Puraenvidia y estaré hasta que la magia quiera [risas]. En diciembre me he comprometido a grabar un cortometraje y el director me quiere sin barba y con el pelo corto así que creo que Zambombilla tal cual la conocemos va a llegar hasta ahí [risas]. Pero siempre iré retomándola, porque es el personaje de mi vida, ni quiero ni me voy a poder desprender de este monólogo. Y sí, estoy escribiendo algo nuevo, tampoco está muy avanzado pero tampoco poco hecho, yo diría que a mitad. Es un proyecto más ambicioso que “La vida privada de las hadas madrinas”, es una obra con más actores, más personajes, pero muy en la línea de Zambombilla. Yo creo que para primeros del año que viene se puede empezar a buscar el elenco, ensayar… Esos son los planes.

P: ¿Cuesta mucho hacerse un hueco en el mundo de la interpretación en este país?

R: Ahora yo creo que cuesta todo muchísimo, hacerse un hueco en cualquier lado. En particular en la profesión de actuar creo que ha costado siempre, con lo cual si sumamos eso y que ahora cuesta todo mucho es como multiplicar el esfuerzo… Es complicado, sí. La industria en España no es una industria muy potente, tiene muchos complejos, muchas críticas, de dentro, de fuera, y eso hace que sea inestable. Yo que tuve la oportunidad de estudiar en Los Ángeles me di cuenta que igual que en Elda se hacen zapatos, allí se hacen películas. Y ahí, en Estados Unidos, estaba el proceso, se mueven las cosas. En Madrid también, pero es todo más pequeño y más difícil de acceder. No imposible, pero si es más cerrado. Eso de que siempre trabajan los mismos es verdad, en general en todo. Hoy en día producen mucho cine las cadenas de televisión, y ellas quieren a los actores que salen en sus series de televisión para sus películas, es una forma de retroalimentación. Creo que hace falta que se den muchas más oportunidades, que se confíe, y que hagan los castings bien hechos. En Estados Unidos hay un montón de series que salen cada año con elencos anónimos que lo petan, que luego se convierten en estrellas, pero que en un principio eran actores adecuados para el director de casting para ese proyecto, y luego funciona. En España hacemos una serie con un elenco petado de estrellas pero luego la serie fracasa.

P: ¿Cuándo te diste cuenta que querías ser actor?

R: Yo creo que desde siempre he querido ser actor. Ahí si soy el tópico, el cliché del niño que quiere ser actor… Recuerdo ver desde muy pequeño los Oscars, el trozo cuando van a dar el premio a mejor actor, mejor actriz, que decían “y los nominados son…” y salía el clip, un trocito de la película que normalmente es donde mejor están, o se trata de una secuencia muy chula, y abajo aparecía en un cuadradito el actor o la actriz aplaudiendo, y yo veía que en la pantalla eran unas personas diferentes, y eso me fascinaba. Además, a mí me gusta mucho el cine, en mi casa, a mi padre, mi tía, les gusta el cine, y desde muy pequeño también me ha gustado ver películas, incluso películas más de mayores… He sido muy payaso, pero también tímido, no de estos espabilados. No era el estereotipo de “niño artista”. Sí que me acuerdo que un día en clase de religión fuimos a un asilo todos los compañeros y a mí me dio por imitar a una que salía en el ‘Un dos tres’ y todos los abuelos del asilo se meaban de la risa… Pero era algo muy puntual, yo no era el niño artista que cantaba en Navidad. Me gustaba mucho disfrazarme, eso me ha gustado mucho, inventar siempre, la imaginación. No recuerdo otra profesión que me gustase. Quizá con el paso del tiempo vas tomando decisiones, te metes en otra carrera, y a lo mejor sientes que te desvías del camino… pero el fin último que es ser actor, siempre.

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P: ¿Qué recomendación darías a alguien que quiera dedicarse a tu profesión? ¿Hay que estudiar tanto como tú?

R: Te voy a contestar con una frase del monólogo: “mantén tus sueños con vida y ellos harán lo mismo por ti”. Yo le diría lo mismo a cualquiera en mi profesión y cualquier otra cosa en la vida, en cualquier otra profesión. Si estás convencido de que es lo tuyo no dejes de luchar nunca. Más consejos no puedo dar, porque luego cada uno tiene su camino, y además a tientas, nadie sabe cómo debe ir… Así que tienes que vivir tu vida, y además con la mentalidad de que es una carrera de fondo, que a lo mejor tardas diez años, o veinticinco o siete meses y medio, pero cuando eso llegue no te van a devolver todo el tiempo que tú has estado luchando, con lo cual hay que ser feliz siempre. Que no todos los días hasta que llegue tu gran momento sean una mierda. Cuando te vas a Madrid tienes que hacer de todo, y a lo mejor dices “joder, otro día poniendo copas” o trabajando en algo que no te gusta, pero aún así hay que luchar, ser optimista y refugiarse en otras cosas que la vida te va a dar. Siempre te puedes agarrar a algo bonito. Básicamente eso. Yo tampoco soy muy relaciones públicas, hay gente que tiene ese talento innato de “que si he ido a la fiesta, he conocido a tal persona…”, yo para eso no valgo. Creo que cada uno tiene su camino y tiene que confiar en él, tenerlo claro. Y sobre estudiar… creo que la formación es muy importante, pero hay algo, la sensibilidad para lo artístico, la traes de casa. Y luego ya influyen muchísimas cosas… Los golpes de suerte. Pero si te quieres dedicar profesionalmente a esto necesitas conocer qué herramientas tiene un actor, técnicas y luego ya tu intuición. Muchas veces la formación es leer libros, saber de historia del cine, del teatro, saber que se ha hecho, que no se ha hecho, ver pelis…

P: Según tengo entendido estás escribiendo el guión de un largometraje y a la espera de que algún director se anime a dirigirlo ¿No te ves tú en ese rol?

R: [Risas] Está escrito, reescrito, registrado y de todo. Es un thriller con toques paranormales, y con otro de drama social… Con personajes o con tramas no incluidas normalmente dentro del género negro. Espero pronto decirte mucho más. Fue el paso previo a escribir el monólogo de «La vida privada de las hadas madrinas». Se me cruzó un buen día la idea andando por la calle, pedí a las musas que no me abandonaran y que siguiese la inspiración y así escribí mi primer guión. Ahora está en un cajón [risas], pero una amiga estudiante de producción está leyéndoselo (o se lo va a leer, me ha prometido) para presupuestarlo. Lo ha leído algún amigo estudiante de cine también… En general las opiniones han sido buenas, y como te he dicho yo tengo mucha fe en mi, creo mucho en mi intuición. Y bueno, hace falta que yo conozca a otra gente para que pueda tirar para delante. Hoy por hoy no me veo dirigiendo ese proyecto. No te digo que no me vea dirigiendo cuando yo tenga otro bagaje, pero la dirección no es moco de pavo.

P: ¿Cuál es el papel que todavía no has interpretado y que te encantaría hacer?

R: Pues hay un montón de personajes que me encantaría hacer, pero ni lo sé yo [risas]. Te podría decir los que no me gustaría hacer: personajes sencillos, planos, habituales, porque hay mil actores que lo podrían hacer mejor que yo. No me veo yo haciendo gente convencional, por así decirlo. A mí me gusta todo lo que es más radical, más extraño, más extravagante. Como un hada madrina chico, de ahí para arriba [risas]. Cuando estudiaba arte dramático siempre me daban papeles de depresivo o yonki [risas]. Me gustaría hacer una comedia muy divertida con mi sentido del humor, eso me gustaría mucho. Me gustaría ser un malo muy malo, muy siniestro, muy particular. Y luego hay varios personajes históricos que me encantaría interpretar. De algunos ya se ha hecho alguna película sobre su vida. Pero por ejemplo… a Van Gogh. Y bueno, hay uno que me encantaría hacer, y es el que estoy escribiendo para la nueva obra de teatro. Y el otro es el del guión de la peli que he escrito, que también hay otro para mí. [risas]

P: ¿Y con qué director español te gustaría trabajar?

R: Pues así, por ser un poco políticamente correcto, y con un poco respuesta de Miss [risas]: me encantaría trabajar con cualquier director que tenga una bonita historia que contar. Pero si soy un poco menos soplapollas, con mi amigo Jorge, que es como mi hermano en Madrid, no solo personalemnte, profesionalmente es el tío que más admiro. Todo indica que va a ser un genio y uno de los grandes de la cinematografía española e internacional. Con él cualquier cosa, siempre hemos grabado muchas cosas y lo quiero muchísimo. Tiene un gusto impresionante y una manera de narrar con imágenes como he podido ver en grandes directores ya consolidados. Y bueno, por supuesto que con Amenábar, Almodóvar, Bayona, Rodrigo Cortés, que está haciendo cosas muy interesantes, con Sánchez Arévalo… En realidad prefiero quedar como una Miss y decir que con cualquiera [risas]. Con cualquiera de los compañeros de mi amigo Jorge, que tienen mucho talento.

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