Cultura, tradiciones y educación

Cultura, tradiciones y educación

En la Partida de Pusol nº 8, a las afueras de Elche y apartado del ruido y las prisas de la gran ciudad, se encuentra el Centro de Cultura Tradicional Museo Escolar de Pusol. A él asisten no más de 50 alumnos, que varían las edades desde los 3 hasta los 12 años. Esto es, posiblemente, lo único que tiene en común con los colegios de educación infantil y primaria convencionales.

Este proyecto tan especial tiene sus inicios en 1969, cuando Fernando García Fontanet, profesor nacido en Alicante, decidió crear el Museo Escolar de Pusol como una actividad ligada al proyecto pedagógico “La Escuela y su Medio”. La iniciativa inicial integraba el aprendizaje, por parte de los alumnos, de las tradiciones, los oficios y del medio rural en el que se encuentra la escuela, con el fin de que éstas no cayeran en el olvido, teniendo en cuenta el rápido avance de la mecanización del campo y la agricultura extensiva que amenazaba a los métodos tradicionales.

A lo largo de los años, la constancia y dedicación de su fundador y de aquéllos que han estado a su lado, han colocado al Centro de Cultura Tradicional Museo Escolar de Pusol en el punto de mira de numerosas instituciones dedicadas a la salvaguardia del patrimonio cultural, las cuales han condecorado al centro con numerosos premios.

Los más destacados son la Mención Especial de Educación, Formación y Sensibilización del Patrimonio Cultural, otorgado por Europa Nostra en 2009, la Medalla del Mérito Cultural de la Generalitat Valenciana, también en 2009 y el Registro de Buenas Prácticas de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial concedido por la UNESCO en el mismo año. Este último reconocimiento ha otorgado al Museo Escolar la calidad de 3º Patrimonio de la ciudad de Elche, sin embargo, es algo que la mayoría de los habitantes desconocen.

Actualmente el proyecto se sustenta gracias a las donaciones de distintos patrocinadores pertenecientes a numerosas empresas del entorno ilicitano que se autodefinen “a favor del Proyecto Pusol”, así como gracias a las subvenciones que el Ayuntamiento de Elche ofrece al centro al ser reconocido como museo de la ciudad.

Dentro del museo se distinguen dos zonas. La primera está dedicada a los oficios tradicionales del campo de Elche como son la palmera, la trilla, el vino o el aceite.

En la segunda zona, el espacio está ocupado por una reproducción fiel a la realidad de la calle del Salvador de Elche, en la que se encuentran los establecimientos de la época dispuestos de manera igual a cómo lo estaban cuando estaban abiertos al público. Una vez éstos negocios cerraron, los dueños donaron las piezas al museo con el fin de que se mantuviera vivo el recuerdo de una de las calles más emblemáticas del centro de la ciudad de Elche.

En cuanto a la educación, colegio y museo han estado siempre muy ligados, lo que ha condicionado la forma de impartir la enseñanza a los alumnos. El colegio cuenta con sólo 3 clases entre las que se reparten cerca de 50 estudiantes de la siguiente manera: los niños de 3, 4 y 5 años de infantil ocupan la primera clase, los de 1º, 2º y 3º de primaria se encuentran en la segunda y, por último, los alumnos de 3, 4º, 5º y 6º de primaria ocupan la última clase, que está ubicada en las instalaciones pertenecientes al museo. Esta distribución proporciona la posibilidad de dar clase de manera muy diferente a la que lo hacen los colegios convencionales. En el colegio de Pusol los alumnos más pequeños atienden también a las explicaciones de los más mayores y viceversa, lo que proporciona una educación más completa.

Como añadido, en el colegio, además de las asignaturas tradicionales, se imparten otras enseñanzas como pueden ser la entomología, la agricultura o la metereología. Asimismo, las actividades extraescolares a las que acuden los alumnos son clases de dibujo impartidas por el restaurador y artista Javier Beltrá o talleres de trenzado de palma blanca a cargo de profesionales del sector. Además, se mantienen celebraciones tradicionales como la del Día de Todos los Santos o “La Castañera”, o la Mona de Pascua, en la que estudiantes y profesores acuden a una finca cercana a las instalaciones del colegio para jugar a juegos tradicionales y comer el dulce típico.

Como complemento para todas estas actividades, a cada alumno se le asigna una zona del museo en la que debe hacer de guía para las visitas grupales. Es un añadido que los visitantes no esperan, y la gran mayoría salen encantados, lo que supone un gran punto a favor del Museo Escolar.

Otro punto a destacar es que, pese a ser un colegio público, en el Museo Escolar de Pusol, es obligatorio el uso de uniforme desde el año 2009.

Por otro lado, la labor científica y de investigación son dos puntos fundamentales en el desarrollo del proyecto. Esto convierte al Centro de Cultura Tradicional Museo Escolar de Pusol en el elegido por muchos alumnos de la Universidad Miguel Hernández, La Universidad de Alicante o la de Murcia como destino para realizar las prácticas al finalizar su carrera. Estos alumnos proceden de grados muy diversos entre sí: antropología, humanidades, periodismo, historia del arte o magisterio.

También cabe decir que el centro tiene convenios de colaboración con universidades extranjeras como las de Milán, Venecia o de algunas ciudades de Alemania.

Por último, una gran parte del proyecto depende de la participación de la comunidad educativa y un gran número de voluntarios interesados, sobre todo de personas mayores o estudiantes involucrados con la cultura y las tradiciones ilicitanas y que ponen sus conocimientos al servicio del museo para seguir aumentando el valor inmaterial de éste.

 

Página web del Centro de Cultura Tradicional Museo Escolar de Pusol:

http://www.museopusol.com/es/

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Laura Jordà Tomás

4t de Publicitat i Relacions Públiques. Perfil dinàmic i creatiu. A més, clarinetista en projecte.

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