Vicente R.M.: “Mi vida ahora iba a ser sobre silla de ruedas”

Vicente R.M.: “Mi vida ahora iba a ser sobre silla de ruedas”

Vicente R. M. nos concedió una entrevista para contarnos su historia. Él era el pilar de una unidad familiar, el cual fue derruido por un resbalón al salir de su domicilio que lo llevó directo al Hospital Nacional de Parapléjicos en la primavera del 2015, y ahora tras ser dado de alta hace un año, visita el centro para apoyar y motivar a los que allí viven sobre ruedas.

Pregunta: ¿Cómo sucedió todo?

Respuesta: Salía de casa y llovía, y yo  era un hombre muy activo, caminaba siempre deprisa de un lado a otro. Por lo que resbalé sobre el suelo mojado y mi cuerpo cayó hacia atrás dejando todo el peso en la columna. Perdí el conocimiento y cuando desperté tenia a mi mujer sujetándome la lengua para que no me la tragase y a mi hijo al lado llamando al 112, mojándonos los tres. De repente apareció una ambulancia que me llevó al Hospital de Alicante.

P: ¿Cómo fue que acabaron trasladándole al Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo?

R: Después de estar dos semanas en la UCI y haber sido operado de la columna vertebral C3, C4 y C5 (parece que esté nombrando modelos de los coches Citroën) me pidieron el traslado al HNP ya que me diagnosticaron una Tetraplejía Parcial. Solo podía mover la cabeza y sería allí donde mejor me lo podían tratar.

P: ¿Se fue usted solo, o tuvo apoyo familiar?

R: Debido a que Toledo no está cerca de Alicante mi familia no podía ir y venir todas las semanas, por eso, tuve que pasar mucho tiempo solo, el cual me hizo pensar mucho. Mi familia venia cada dos semanas y eso era el mayor apoyo y la mayor motivación.

P: ¿Pensó en algún momento las secuelas que se le quedarían?

R: Cuando llegué a Toledo, los médicos me lo pusieron todo aun más negro. Pensé que me quedaría en una cama para el resto de mi vida. Pero intenté ser positivo ya que era lo único que podía hacer, y rezar.  Conforme pasaban los días, mi positividad se puso en marcha y mi cuerpo fue evolucionando.

P: ¿De dónde sacó esa fuerza? ¿En qué pensaba?

R: La saqué y pensaba únicamente en mi familia. Yo sabía que nada iba a ser igual, por lo que me replanteé la forma de ver la vida. ¿Qué más da ver la vida de pie que sentado? Pensé. La cuestión es verla, y verla con ellos, con mi mujer y mis hijos conmigo. Mi vida ahora iba a ser sobre ruedas. Volví a nacer, en todos los sentidos.

P: ¿Cómo fue recuperando la movilidad?

R: Luchando, llorando y trabajando duro. Al volver a nacer por segunda vez tenía que aprenderlo todo de nuevo. Cuando me pasaron de la cama a la silla tuve que  aprender a mantener el equilibro para no caerme hacia los lados. Empecé a hacer ejercicios en los brazos y manos, pasé de no moverlos, conseguí pasar a coger cubos y fichas y montar uno encima de otro. Aprendí a hablar de nuevo en las clases de logopedia, porque perdí la voz. Incluso a comer, coger los cubiertos y poder comer por mí mismo.

P: ¿Qué sintió cuando vio que iba evolucionando a mejor?

R: Cuando me adapte a la silla de ruedas, todo fue rodando, y cambiando constantemente a mejor. Cada semana trabajaba duro para recuperar algo nuevo, y así poder enseñárselo a mi mujer cuando llegase. Mi reto era semanal. Por lo que empecé a ocuparme de las piernas. Ponerlas duras y fuertes. Hasta que llegó el día que conseguí mantenerme de pie por mí mismo, y poner dar pequeños pasos. Ese día descubrí que todo es posible con esfuerzo y dedicación, por lo que empecé a motivar a otros pacientes. Recorría las habitaciones de algunos de ellos para que me contaran como iban y que sentían. Algunos se encontraban en el mismo estado que yo, positivos y con ganas de luchar y otros, por lo contrario, negativos, no veían la salida o la mejora de su causa.

P: Y tras recoger todas esas historias ¿Hay alguna que te impactara?

R: Si, un día amanecí con un nuevo compañero de habitación, se llamaba Iván y era su tercera vez en el HNP, tenía una tetraplejia parcial, como yo, lo cual no quiere decir que puedas recuperar movilidad. Pero se le sumó problemas digestivos, por lo que dejó de comer. Tuve muchas charlas con él a solas para motivarlo, para que siguiera luchando. Pero no tuvo la fuerza para luchar y a los meses de estar allí su enfermedad se lo comió a él.

P: Una historia conmovedora, ¿Has seguido o sigues dando esas charlas motivadoras?

R: Más que charlas, son conversaciones personales, que junto a otros compañeros hacemos para no tener solo un punto de vista y tener una visión más amplia. Cada año visito el centro, que es mi segundo hogar y escucho sus historias, cual más conmovedora, ya que nadie elige pasar por allí y que por un simple suceso puede tener una gran consecuencia. Desde caerse por las escaleras, saltar una ola en la playa o un infarto medular te llevan a pasar allí unas vacaciones esporádicas, con la incertidumbre de saber cómo saldrás de allí.  Siempre digo que nunca los médicos te dirán como quedarás y mucho menos nadie va a apostar por ti, aparte de tu familia, si tendrás secuelas o no. Ese cambio lo tiene la persona y llega hasta donde él quiere y pueda llegar, porque con fuerza y positividad todo es más fácil, lo cual no quiera decir que no sea duro.

P: ¿Como resumirías esta etapa de tu vida?

R: Es difícil resumir algo que marcó mucho mi vida. Ahora tengo dos vidas, la que vivía de pie y ahora la que vivo sentado (aunque algunas veces me levanto), no puedo negar que a veces me da impotencia el no poder hacer ciertas cosas, que no son pocas, y me frustro conmigo mismo, pero no dejo de intentarlo.

 

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Laura Jordà Tomás

4t de Publicitat i Relacions Públiques. Perfil dinàmic i creatiu. A més, clarinetista en projecte.

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