«The Flash», más rápido todavía
La serie nació como un Spin – off de su predecesora “Arrow” pero desde Octubre del año pasado se ha convertido en algo mucho más. Desde ese día, y ese magnífico primer episodio piloto, Flash dejó claro que no es la típica serie de superhéroes y que puede dar mucho más que sus semejantes, y así ha sido.
La serie está compuesta, al igual que Arrow, por veintitrés episodios. Veintitrés capítulos de ciencia ficción y trama policial donde, por lo general, cada semana nos ofrecían un villano distinto (cosa que a mí nunca me ha gustado) pero que aun así sabía dejar los momentos perfectos para avanzar lo suficientemente en la trama y como para dejarnos enganchados. Todo gracias a un personaje. El doctor Harrison Wells. La serie consta de buenos actores que al principio ejercen sus dudas sobre si serán capaces de dar la talla, pero así lo es, y lo hacen durante toda la tanda de capítulos. Harrison Wells sin embargo es el personaje por excelencia de ésta primera temporada, ya que desde el primer momento establece las reglas del juego, pero nunca sabes en que vado está finalmente. ¡Aviso de Spoilers!
Tom Cavanagh dota de una magnífica interpretación al que, pasados unos capítulos, se convierte en el villano principal, y su actuación oscila entre lo simpático y lo macabro, jugando con nosotros al mismo tiempo que con los personajes. Por otro lado tenemos a Grant Gustin, Flash, en todo su esplendor. Ezra Miller (Flash del cine) lo va a tener muy complicado para superarlo. Ya que a pesar de que viene de series del estilo de Glee, éste chico sabe perfectamente crear los altibajos entre la comedia y el drama, puntos en los que la serie ahonda de vez en cuando.
El resto de actuaciones del elenco son espléndidas, aunque hay que destacar a Cisco Ramón por encima gracias a sus puntos y anotaciones Frikis que hacen que el capítulo se vuelva aún más entretenido. Los únicos que aún sigo sin pillar han sido a Iris y a Eddy. Mención especial a parte para John Wesley Shipp, que fue el actor que interpretó al Flash de la serie de los 90 y que hace del padre de nuestro protagonista. Simplemente genial.
Por otro lado la serie consta de efectos especiales bastante notables para lo que estamos acostumbrados a ver (Grodd ya es demasiado genial) pero no cae en repetir siempre las mismas fórmulas tanto de guión como de batallas, siempre saca algo nuevo con lo que sorprendernos, y ahí es donde está la clave. En crear las tramas y los cliffchangers necesarios para dejarnos a todos sin uñas al final del episodio y hacernos la espera eterna hasta la siguiente semana.
Para terminar hay una cosa que muchos superhéroes han tenido pendiente tanto en sus series como en sus películas, los villanos. Si al principio hablábamos de lo magnífico que es Harrison Wells no hay que olvidar esos villanos “semanales” que le complican la vida a nuestro superhéroe y que casi en la totalidad de los capítulos, utilizan su propia psicología para crear al personaje. Es decir, que saben lo que quieren y se exprimen al máximo para que eso se haga real, trabajan con los personajes y se meten en su cabeza. Ejemplos de ellos son el “Capitán frío” y “Ola de calor”, Grodd y como no “The Trickster” interpretado por Mark Hamill con pequeños guiños a una franquicia que todos conocemos muy bien. ¡Bravo por todos ellos!
En resumen, Flash se encuentra en lo más alto del género de superhéroes actual, muy pocas series se la juegan de ésta manera y triunfan de la forma en la que lo ha hecho. Las tramas están perfectamente articuladas, se sabe dar salida a los personajes y nos sorprenden con el juego que le dan al argumento. Todo ello con lógico y no haciendo las cosas porque sí. Aunque haya algún relleno de vez en cuando, que lo hay, nos sorprenden posteriormente con un capítulo todavía mejor. Estamos ante una serie que sabe jugar sus cartas, y a la que no le da miedo experimentar con el género, por más fantástico y de ciencia ficción que sea.
Nota: 8.5/ 10