“Jurassic World”, este no es el parque de Michael Crichton

“Jurassic World”, este no es el parque de Michael Crichton

Han pasado catorce años desde que se estrenara la última entrega de la saga iniciada por Steven Spielberg sobre los dinosaurios más famosos del cine. Ahora le ha tocado al turno a “Jurassic World”, y mientras escribo estas líneas la nueva película de la saga va por el camino de convertirse en el taquillazo del año, a la espera de la nueva entrega de Star Wars que llegará en diciembre.
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Sinceramente cuando me enteré del proyecto y tras ver dos trailers antes del estreno, hubo cosas que desde el principio no me olían del todo bien. También debo dejar claro lo muy fan que soy de las dos primeras entregas realizadas por Spielberg y lo mucho que marcaron mi forma de ver y apreciar el cine. Puede que sea por eso que esta crítica tenga más pinceladas negras que blancas, pero aun así voy a intentar ser lo más objetivo posible tanto a nivel espectador como realizador audiovisual.

Empezando de la primera manera la película ofrece lo que promete en el tráiler: diversión, entretenimiento y acción por un tubo. La gente reaccionaba muy bien en todas las escenas donde los dinosaurios hacían acto de presencia, especialmente con la aparición de esa nueva especie llamada Indominus Rex (algo que personalmente me intimidaba más bien poco). Pero cuando le tocaba el turno a las escenas en las que hacían guiños y referencias a las otras películas, las reacciones eran más escasas salvo para nosotros, los nostálgicos que tanto vivimos esas anteriores historias sobre el parque. Me sentí un poco decepcionado por ver que las nuevas generaciones no creían saber lo que estaban viendo, aunque cuando sonaba los temas originales compuestos por John Williams la gente alucinaba ante la combinación música e imágenes. Pero eso no evitavpxfq8zzahbnwbipzpzk que la película tenga una estructura medio regular, donde su clímax parece más propio de una entrega de Transformers que de Jurassic Park. Para mi gusto se ha perdido algo muy importante en las películas de esta saga, el suspense. Quien no recuerda la escena de la cocina de la primera entrega con los dos raptores persiguiendo a los pequeños Lex y Tim, o la primera aparición del T-Rex en medio de una tormenta nocturna traspasando la alambrada. Escenas tan icónicas y memorables que no han logrado repetir en Jurassic World y que se han echado en falta en lugar de tanta acción y despliegue de efectos visuales. Salí de la sala con una sensación dividida, por un lado descontento por el cambio de aires que había sufrido la nueva entrega al ver que no alcanzaba el nivel de sus predecesoras, y por otro lado medio convencido por ver como resucitaba una de las sagas más importantes del cine batiendo récords de taquilla.

Como realizador audiovisual empezaré por su director Colin Trevorrow quien ya ha dicho que no dirigirá la siguiente entrega de la saga. Si bien su trabajo no es del todo malo, no alcanza el nivel de destreza audiovisual de Steven Spielberg, que en esta ocasión realiza el papel de productor ejecutivo (anda que no sabe el tío). Tiene escenas muy bien construidas por la acción pero sigue faltando ese toque que te dice que esto es Jurassic Park, falta transmitir esa sensación de estar realmente dentro del parque con esos animales. El guion es directo y busca el entretenimiento del espectador en 398064.jpg-r_640_600-b_1_D6D6D6-f_jpg-q_x-xxyxxlugar de la buena elaboración y dominio de todos los elementos esenciales de la saga (muchos de ellos ausentes). El diseño de producción creo que para mí ha cometido un breve error abusando tanto del color azul. Cambiar el logo de colores es ya un poco crimen, y el tema marcas la verdad que un poco descarado también es, aunque estén ahí por interés más que para desarrollar la historia. La fotografía destaca más en las escenas nocturnas, sobre todo cuando hace acto de presencia los raptores salvo en el ya citado clímax que no desvelaré pero que me pareció un poco inapropiado de la saga. El montaje es muy dinámico y bastante bien realizado para contar la historia propuesta. Igual que la magnífica banda sonora de Michael Giacchino, un compositor que puede llegar a ser el perfecto sucesor de John Williams (atención a las primeras escenas del film). Pero el punto fuerte que deberían ser los efectos visuales, sinceramente defraudan un poco en esta entrega. Sigo sin entender por qué un CGI del año 92 es mucho más superior al actual con tanta tecnología avanzada y tantos medios. Los dinosaurios ya no son tan reales, y en esta ocasión solo hay un animatronic en toda la película (eso sí que era Jurassic Park).

Si Michael Crichton, el malogrado autor de las novelas de Jurassic Park viese esta película, creo que tendría una opinión muy diferente a lo que él imaginaba como el parque en donde todos hemos ido y vamos cada vez que vemos Jurassic Park o El mundo perdido, un lugar donde podemos ver dinosaurios vivos y que casi podemos tocar gracias aquella magia del cine que ahora está un poco perdida.

Adrián Arnáiz Abril

Estudiante de Publicidad y RRPP en la UA. Amante del cine y la TV y realizador audiovisual de hobbie poco común entre la gente normal, pero mola.

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