Huelga del 26 de Febrero, en contra del 3 más 2
Se ha escuchado durante las últimas semanas el término 3+2, un real decreto sacado de un día para el otro por el ministro de Educación, José Ignacio Wert; pues bien, para aquellas personas que sigan con alguna duda acerca de este nuevo término, y lo que conlleva en la educación en las Universidades, significa que se da carta blanca a los rectores de las Universidades para implantar la duración de las carreras, según lo crean conveniente. Actualmente, los Grados de las carreras duran 4 años más el año de máster, mientras que con el real decreto del 3+2 se acortan a 3 años, ampliando la opción de hacer un máster de dos años, por el tema de créditos. Las repercusiones de esta reforma traerán consigo, acortar el contenido de las carrera al mínimo y aumentar el gasto en dos años más de máster.
Durante los últimos años, se ha podido comprobar la progresión en el tema de educación en las Universidades, sobre todo en el aspecto económico, ya que en Diplomatura se pagaba la suma de 5.000 euros, en el actual Grado alcanza los 10.000 euros, cuyas consecuencias han sido que muchos de los estudiantes hayan tenido que abandonar sus respectivas carreras, por no tener los recursos económicos suficientes para el pago de las tasas. Si a esto, se le añade, tener que pagar además por el B1 para poder graduarse, más la progresiva decadencia del sistema educativo, hasta el punto de tener masificación en las aulas, se tiene un breve resumen del sistema de educación actual. Y si a esto se le suma el 3+2, que implica nuevamente volver subir el coste de las tasas universitarias, hasta 15.000 porque serían tres años de carrera, más dos años para poder hacer el máster, que es bien sabido que no son nada económicos.
Ante esta nueva reforma, se convocó una huelga el pasado 26 de Febrero por parte de varias asociaciones estudiantiles y el Consejos de alumnos, para informar sobre la implantación del tres más dos en las Universidades y sobre todo, para protestar ante la implantación de esta reforma. El 25 de Febrero el FEU (Frente estudiantil Universitario) hizo un llamamiento para realizar una asamblea general en la Mano de la Universidad de Alicante, donde se habló sobre el rechazo hacia el 3+2, se recogieron opiniones de los estudiantes y intentó hablar con el rector de la Universidad de Alicante, Manuel Palomar, para poder debatir su opinión acerca de la implantación de esta reforma. Nadie de su equipo, ni el propio rector se presentó, pero a esto se debe añadir que el propio rector dio su opinión acerca de la implantación del tres más dos, diciendo que “Este sistema no es de calidad y provoca desconfianza en la ciudadanía» y que considera que la reforma flexibiliza la duración de las carreras y «devalúa» la Educación superior y genera «desconcierto» en los estudiantes. Con estas afirmaciones el rector dejó constancia de su opinión negativa ante la reforma del 3+2.
La Huelga del pasado 26 de Febrero, se presentó sin altercados graves, se distribuyeron piquetes informativos, por algunas de las zonas de la Universidad como la rotonda de acceso directo de San Vicente, la entrada de la mano, etc. Para formar los piquetes informativos se valieron de parte del mobiliario de la Universidad de Alicante, impidiendo el paso de alumnos, profesores y vehículos; lo que creó cierto descontento por parte de los estudiantes que querían ir a clase, ya sea para entregar prácticas o bien realizar un examen, aunque otros accesos, sí estaban habilitados para poder acceder con facilidad al interior de la Universidad, y sí se les pedía a los propios piquetes informativos, que tras informar sobre la reforma 3+2, te facilitaban el acceso a las instalaciones. Cabe destacar que bien entrada la mañana la policía estaba haciendo acto de presencia en la Universidad. Más tarde, se realizó la manifestación en protesta del 3+2.
El 3+2 es como seguir en el mismo bucle, del que es muy difícil salir mientras hayan ciertos altos cargos que dirijan, no solo el sistema educativo de los estudiantes, sino que repercuta en una serie de consecuencias que derivan de esa posición, ya que se delimita la opción de poder tener un futuro acorde a la elección de la carrera que se haya escogido, ya sea por vocación o por el mero hecho de que te guste. Son muchas las veces que he podido escuchar “¿Qué salidas laborales tiene esta carrera?” «¿No sería mejor que en vez de gastar tú dinero y tiempo en esta carrera, te metieras a otra con mejores salidas al mundo laboral?”. Elegir la carrera que te guste es una salida laboral óptima para cualquier persona, la peor elección es lo que están haciendo con el futuro de muchos estudiantes, el de flexibilizar años de carrera en tres años, para poder desembolsar más dinero en dos años más máster; dar menos becas, que posibiliten ese futuro óptimo o una mejora en la calidad de vida de ese estudiante; y el dar más posibilidades a la privatización que a una educación pública y de calidad. Con esto se recalca que para muchas personas del alto mando no les interesa que exista una educación sin costes y de calidad, porque están formando a seres pensantes y críticos ante tanta injusticia. Dicho esto, queda bastante claro que la lucha del estudiante por sus derechos y por sus opciones a elegir sigue en alza, hasta que haya una serie de mejoras a favor de la educación pública.