«Decepción y prejuicio», un clásico de Jane Austen.
Todo el que algún día haya buscado una lista por internet de cuales serian los 100 libros que debería leerse antes de morir ha tenido que leer el título «Orgullo y prejuicio» de Jane Austen y, cómo no, sentirse intrigado de porqué se mantiene siempre entre los primeros que recomiendan.
Para aquel que no sepa de qué novela hablo, le haré un breve resumen.
Cuenta la historia de una familia compuesta por cinco chicas jóvenes y sus dos padres, la familia Bennet, que viven en un pueblo recatado de Inglaterra.
La historia gira alrededor de dos protagonistas, Elizabeth Bennet y el señor Darcy. Elizabeth conoce al señor Darcy, un hombre inmensamente rico y respetable, en un baile al que éste viene con su amigo el señor Bingley, quien se enamora de la hermana de Elizabeth, Jane.
En el momento en que Darcy y Elizabeth se ven en ese baile éste la rechaza para un baile alegando que no le parece lo suficientemente bella. Y cómo no, esta opinión irá cambiando a lo largo de la novela, cuando él la observa debido a la cercania de su amigo con la hermana de ella.
Y ahora es cuando viene la pregunta: ¿Cuál es la parte increible que la hace tan recomendable?
La respuesta es, ninguna. Es una de esas novelas que ciertamente están muy bien escritas, con una sencillez y elegancia que te engancha a la lectura desde el principio, sobre todo si eres amante de las novelas románticas. Pero ya está. Tiene una importancia demasiado exagerada para lo que realmente es.
Puede sonar cruel para todo aquel que admire que la novela fue escrita hace dos siglos y fue una cierta revolución en la escritura en Inglaterra y mil cosas más, pero si tuviera que hacer una comparación con un escritor actual, adaptado a un lenguaje de esta época al igual que la novela lo estaba al suyo, me recordaría a Federico Moccia con sus historias de amor tan predecibles, y finales que te dejan con un regusto de «por Dios, llevo toda la novela esperando a que se junten para que cuando lo hagan, la acabes dejándonos con un mal sabor de boca».
Con esto no quiero decir que la novela sea excepcionalmente mala, no. Simplemente es de esas novelas que las lees y las olvidas al par de años, que te divierten en su momento y que si la recuerdas es porque viste una buena adaptación cinematográfica donde la actriz es muy guapa y el actor principal es muy bueno.
Creo que en definitiva no hay cosa que me desespere más que ver que un clásico es sobrevalorado, cuando hay miles de libros que jamás tendrán el reconocimiento que deberian.
Bueno, al menos ya tengo un libro menos que leerme antes de morirme y sentirme «satisfecha».
Yo no he leído «Orgullo y prejuicio», pero he leído otros libros de Jane Auste, como «Emma» y sentí un poco lo mismo, que es un libro que algunos consideran obra maestra pero a mí me parece que se hace demasiado costoso de leer. Por otro lado, «Sentido y sensibilidad» me pareció mucho más ligero de leer y la historia mucho más sencilla.