«Birdman», la voz interior del ser humano

“Birdman” es el nuevo film del director mexicano Alejandro González Iñárritu, una visión al mundo del teatro en la gran avenida de Nueva York, con pinceladas poco sutiles hacia el cine como negocio. Dentro de este escenario, “Birdman” se adentra poco a poco en el mundo de uno de sus personajes, la viva imagen de un actor que en su día brilló y ahora lucha para que no se apague su carrera. Emma Stone, Naomi Watts, Edward Norton, Zach Galifinakis y un recuperado Michael Keaton encabezan esta pequeña joya del cine.

Un film como el de “Birdman” da la oportunidad de hacer diferentes tipos de críticas u opiniones cinematográficas. Digo esto porque no solo es una película de guion, también lo es de actores, de director y sobre todo de equipo técnico. Podría hablar de ella para que la persona que lea esto tenga una idea más o menos clara de lo que se va a encontrar cuando vaya a ver la película, pero decir si “Birdman” es una buena o mala película para el público sería ilógico e injusto, porque hay mucho más detrás de una historia de superar una vida pasada que tuvimos llena de éxito y de lujo para hacer frente a la cruda realidad que hay delante de nuestros ojos. Eso ya lo sabemos todos, sabemos que eso pasa realmente, pero en este caso hay un añadido importante para entender mejor la historia, nada más y nada menos que la carrera de su protagonista, el actor Michael Keaton.

Mundialmente conocido como el Batman de Tim Burton, Keaton se labró una decente carrera como actor cómico hasta que el director de “Eduardo Manostijeras” que también trabajó con él en “Bitelchús” le fichara para encarnar al hombre murciélago. La imagen de Batman ha ido asociada a Keaton desde su primera película como tal en 1989, y ha sido como una sombra que lo ha perseguido hasta día de hoy. Ahora en “Birdman” expone esa vida que ha tenido por motivos del personaje de DC comics, algo que el guion refleja en la voz interior que le habla en todo momento como el auténtico Birdman. Así pues con este escenario biográfico empieza una batalla entre el mundo del cine y el teatro para lograr acaparar el mayor número de portadas posible y resurgir como lo han hecho actores de la talla de Robert Downey Jr gracias a un personaje de cómic…que cosas eh.

Me he decidido y la crítica que voy a hacer va a ser técnica, porque siendo sinceros, el film de Iñárritu es una labor audiovisual bastante reconocible y bien trabajada. La dirección está controlada hasta el más mínimo detalle, todos sus actores saben el papel que hacen y lo reflejan en cada momento que aparecen en escena, especialmente Edward Norton junto con Emma Stone y por supuesto Keaton (ver la escena de él sólo hablando con Birdman en el camerino). De guion poco más que añadir, ya que anteriormente he dejado claro que estamos ante una crítica al mundo del cine como negocio. El plato fuerte llega con la fotografía y el montaje, la primera es una labor de sobresaliente con unos planos secuencia perfectamente ejecutados y con buen ritmo que no decae en ningún momento gracias a lo segundo, un montaje totalmente invisible que muchas veces uno no sabe dónde acaba un plano y empieza el siguiente. Podríamos decir que técnicamente “Birdman” es lo que “La Soga” de Hitchcock fue en su momento, varios bloques de planos secuencia unidos mediante transiciones. Sin olvidar los efectos especiales, porque los hay y muchos además, desde los reflejos de los espejos hasta el fondo de la ciudad de Nueva York cuando suben a la terraza del teatro, y el vuelo de Birdman volviendo a ser un superhéroe. Sin hacer abusos de ellos, Iñárritu logra que esos efectos formen parte de la historia de la manera más natural gracias a la etiqueta surrealista que pone a su film.

Poco más que decir de “Birdman”, un film que si bien entra mejor para los que les gusta el cine como arte que como entretenimiento, no deja de ser un producto audiovisual digno de reconocimiento por parte de todos los que lo han sacado adelante y nos recuerdan esa vocecita que todos tenemos dentro y que muchas veces ha decidido por nosotros en la vida. Por cierto, imprescindible verla en cine para apreciar su calidad técnica, y si es posible en versión original subtitulada.