Entre las luces y las sombres de Las Vegas
Bajo la famosa frase «lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas» se oculta una realidad más compleja y oscura. Este reportaje profundiza en las realidades de la vida en la ciudad del pecado, explorando las sombras que persisten en sus rincones menos visibles. Hoy descubrimos la verdad detrás de la fachada brillante, donde hablaremos de lo inimaginable en la ciudad: suicidios, pobreza, engaño y sublimación, entre otros.
La ciudad de Las Vegas está repleta de casinos abiertos las 24 horas para que la gente apueste y pierda su dinero; se encuentran incluso en supermercados, gasolineras y funerarias. Has leído bien, funerarias. Nada más bajar del avión, lo primero que encontrarás son máquinas de apuestas; solamente aquí se encuentran más de 1300. Sin ir más lejos, todo el diseño de la ciudad está pensado minuciosamente para que los visitantes apuesten: bebidas “gratis” que te nublan la mente, ventanas y relojes inexistentes para que tus ritmos circadianos se alteren, e incluso los baños están ocultos por tragaperras. Además, dentro de los hoteles y casinos se permite fumar, no vaya a ser que por algún casual salgas al exterior y pierdas tiempo de apuesta, porque, para Las Vegas, cada segundo cuenta.
Como señala la camarera de un casino, Bethanie Bill: «La ciudad vive de las apariencias, pero detrás de la fachada, hay historias que nunca se cuentan.» Incluso muchos hoteles son ciudades falsas de cartón y piedra, pues dentro de los hoteles se encuentran numerosas actividades que te harán sentir como en cualquier ciudad: tiendas, centros comerciales, bares, restaurantes, imitaciones de calles o esculturas artísticas extremadamente conocidas de otras ciudades como Venecia, Roma, París… Todo lo que necesitas para no aburrirte y para que no salgas a ver las sombras de la ciudad. Nos habla un turista español que ha estado hace poco, Roberto García: “El hotel era una pasada, parecía que estuvieses en las propias barcas de Venecia. Pero sorprendentemente, cuando salías, cada paso que dabas veías pobres drogados rogándote que les dieras dinero”.
Basta con entrar a un baño para destapar el brillo y el glamour, nada más entrar tienes un número al que puedes llamar en caso de tener ideas suicidas. Nos encontramos con historias como la de Bobby Call, quien apostó todo y terminó tomando la trágica decisión de quitarse la vida. Entrevistamos a su mejor amigo, Robert Sally: «Bobby llegó a apostar todo lo que tenía: su casa, su coche, sus ahorros… Y no vio otra salida que la del suicidio al ver que lo había perdido todo». Las sombras en Las Vegas van más allá de los casinos, y se adentran en las vidas de aquellos que se ven atrapados en la espiral del juego. Tal y como explica Alex Stone en su libro Engañar a Houdini: “Las Vegas se ha convertido en la capital estadounidense del suicidio”.
El estado de Nevada siempre intenta vendernos que Las Vegas es una ciudad limpia y de abundante riqueza, dónde no hay nada de pobreza. Sin embargo, France 24 nos llevó a conocer un mundo subterráneo bajo la opulencia de sus casinos, dónde se refugian más de 1.500 personas sin hogar. Son 400 kilómetros de túneles construidos en los años 90 para controlar las inundaciones, y que ahora dan cobijo a los menos favorecidos, a los que lo han perdido todo o casi todo. Una analogía inquietante entre los túneles y los casinos, dónde entrar, es perder la noción del tiempo, ya que ni el día ni la noche son distinguibles.
Da igual el lugar: las luces siempre proyectan sombras inevitables. Un profesor, Timothy O’Grady, lo comprendió cuando daba clases en un instituto de Las Vegas, donde descubrió a un grupo de veinticinco adolescentes que se pagaban sus estudios trabajando como strippers o cualquier otro negocio de la noche; veinticinco jóvenes con familias rotas por las drogas, por el alcohol y por el juego.
El reporte anual de 2022 sobre el índice de pobreza infantil, realizado por World Population Review, señaló a Nevada como uno de los estados que más debe trabajar para mejorar la calidad de vida de más de un millón y medio de niños y jóvenes, que solo disfrutan de una comida al día, que en ocasiones carecen de vestimenta o material para asistir a la escuela, y que viven en hogares pobres. “Kids Count” (los niños cuentan), indica que el número podría ascender en las estadísticas del informe debido al desequilibrio en los salarios y a la falta de un mejor nivel de educación. En fin, Las Vegas, dónde las tragaperras se enriquecen, mientras que la mitad de los niños son pobres.
De hecho, estadísticas señalan que en 2022 los ingresos de algunas máquinas tragaperras registraron un récord de casi 12.790 millones de dólares en ingresos, un 15% más que en 2021. Estas mismas estadísticas, calculadas por la LVCVA (autoridad de convenciones y visitantes de Las Vegas) afirman que un 87% de los visitantes apuestan en estos casinos. También se sabe que en 2019 había más audiencia, pero se gastaba menos, actualmente la concurrencia es menor que por aquel entonces, pero los ingresos son sustancialmente mayores.
Las luces intensas iluminan no solo la alegría, sino también la tragedia. Después de saber todo esto, no es sorprendente la cantidad de tiroteos y ataques que puede haber en esta ciudad. Por ejemplo, no hace mucho, el 6 de diciembre de este año, un profesor que no fue contratado mató a tres personas en un tiroteo en la Universidad de Las Vegas. “Lo que ha pasado es un crimen horrible, que no vamos a olvidar. Pero quiero que sepan algo: Es un crimen para el que nos preparamos todos y cada uno todos los días en esta ciudad”, señala el sheriff McMahill.
Las Vegas lidera el ranking estadounidense en números de suicidios, drogadicción juvenil, detenciones por conducción en estado de embriaguez, insolvencia familiar, divorcio y abandono escolar, mientras que a día de hoy es el punto más luminoso de la tierra visto desde el espacio. Irónico, ¿verdad?