Mujeres, ¿Sexo débil o no?

Violencia de género es la que se dirige sobre las mujeres por el hecho de serlo.
Cada día en España, son más y más las víctimas.

“Cuando no hay agresiones físicas es muy difícil reconocer el maltrato, aunque existe”, asegura Marisa Fernández.

Muchas son las mujeres que han sufrido violencia de género o que están pasando por ello. Muchas son, también, las que han querido contarlo para intentar concienciar y, sobretodo, ayudar, a muchas mujeres en su misma situación.
Marisa Fernández ha sido víctima de maltratos durante más de 10 años. A día de hoy asegura que se siente una mujer «feliz».

De su relación nos cuenta que «cuando empezamos la relación nos lo pasábamos muy bien y nos queríamos mucho». Pero con el tiempo esto fue cambiando y las cosas iban cada vez a peor. Cuenta que su pareja «fue transformándose en otra persona, pero aun así me mantenía enganchada y absorbida”.

Después de todo, reconoce que no era consciente de que estaba siendo víctima de malos tratos: «le quitaba importancia a sus ataques de celos y a su agresividad. Intentaba justificar todos sus desprecios, sus ataques verbales y sus faltas de respeto.”

“Cuando empezaron los desprecios y los malos tratos decidí ir a una psicóloga, no porque me sintiera maltratada, ya que no era consciente de ello, sino porque me sentía vacía y triste. Después de muchos años de tratamiento y muchos libros de autoayuda, comencé a identificarme con lo que veía o escuchaba en los medios sobre violencia de género. En ese momento me di cuenta de que yo era una víctima más del maltrato».

Marisa asegura que, independientemente de lo que piensen los que lo ven desde fuera, «en mi opinión y por mi experiencia, cuando no hay agresiones físicas es muy difícil reconocer el maltrato, aunque existe”. A pesar de todo lo vivido, «soy una mujer muy alegre y equilibrada. Una mujer totalmente distinta a la que fui. He recuperado mi dignidad y mi autoestima y se me ha olvidado lo que es llorar. Ahora, mi vida es mía».

Otro caso, el de María Gómez, quien ha sufrido violencia doméstica durante 4 años, aunque ella asegura que «es como si hubiesen sido 40».

En su caso, los dos eran mayores y tenían niños de parejas anteriores, por lo que enseguida decidieron comprarse una casa juntos. «Tenía sus cosillas, pero es normal cuando empiezas a conocer a alguien». El problema llegó cuando empezaron a discutir cada día más, y aparecieron las agresiones físicas y los insultos: «no eres consciente de lo que pasa. De repente un día te ves con un cuchillo en la mano porque él ha cogido otro. Yo estaba en shock, incapaz de
reaccionar».

Hasta que un día su cuerpo y su mente dijeron basta. “Nuestra última pelea, que fue la más grave de todas, hizo que me decidiera a huir. Fui corriendo al hospital y denuncié los golpes que había recibido. Tuve un juicio rápido en el que impusieron una orden de alejamiento, que no fue suficiente. Él se la saltó varias veces, y a pesar de todo le redujeron el tiempo de tres a un año.”

Al poco tiempo, María se fue a vivir a casa de una conocida de su pueblo, que la ayudó en todo lo que pudo. «Era chilena y había pasado por algo muy parecido en su país. Ella se dio cuenta de lo que me estaba pasando antes que todos».

También nos cuenta cómo fue la hora en la que le contó a su familia todo lo que le estaba pasando: «es muy duro… No siempre te creen». Su hermano mayor no la creyó cuando le contó haber sido víctima de malos tratos. Otro obstáculo con el que María se encontró por el camino fue la parte económica. Ambos tenían una cuenta conjunta, pero cuando decidió separarse «tardaron un año en separarnos las cuentas y él me robo lo poco que había ahorrado».
Incide en que «el tema económico es muy importante a la hora de salir de ahí.”

Actualmente, reconoce que su carácter ha cambiado y que «no me siento bien en sitios donde hay mucha gente o cuando alguien grita». A pesar de todo, su mensaje es esperanzador: «es muy difícil salir y seguir adelante. Hay que tener claro que lleva tiempo, pero que merece la pena».

A menudo aparecen titulares como: “Detenido en Valencia por darle una paliza a su pareja”, “El asesino de una mujer en Vinaròs viajó desde Alemania para matarla”, “Un hombre viola a tres niñas y mata a una de ellas en Ciudad Juárez”…

Tras cada titular que aparece en los medios de comunicación sobre la violencia de género, aparece una nueva campaña para intentar concienciarnos sobre los cientos de víctimas que hay cada año.

Cada vez se intentan hacer con mensajes más claros y con imágenes más impactantes y vistosas para captar así nuestra atención. A continuación, algunos ejemplos de campañas publicitarias contra la violencia de género en
diferentes años (hacer click para más información):

Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, establece que este tipo de violencia «es la que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo». Actualmente, esta es una de las principales huellas en nuestra sociedad. Al menos 917 mujeres han sido asesinadas en España desde 2003 en crímenes de violencia doméstica, y 19 niños y niñas han sido asesinados por los hombres que maltrataban a sus madres.

Aunque parezca increíble, la violencia de género también se da en adolescentes. Según el Consejo General del Poder Judicial, en 2015 pasaron por los tribunales 162 menores de 18 años, uno cada dos días. Y en el 90% de los casos los jueces consideraron probado el maltrato. Además, una de cada cuatro menores asegura haber padecido violencia psicológica por parte de su pareja o expareja. Según recoge el INE, a lo largo del año pasado 637 chicas requirieron una orden de protección o medidas cautelares por malos tratos.

En Australia, Canadá, EEUU, Israel y Sudáfrica entre el 40% y el 70% de los asesinatos a mujeres son cometidos por el marido o el novio.

Según la OMS, una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido violencia física o sexual. La trata de mujeres y niñas para su explotación sexual, la discriminación laboral o la mutilación genital femenina son algunos ejemplos de ello.

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