Mil culturas, un país: la nueva cara de España
La diversidad cultural, entre el legado histórico y las transformaciones sociales actuales, redefine su identidad nacional
El mestizaje cultural en España no es solo un reflejo de la globalización, sino el resultado de siglos de interacción entre las diferentes culturas que siguen moldeando su identidad social y cultural. Hoy, esta diversidad transforma sus calles, sabores y tradiciones.En cualquier barrio de España, es habitual encontrar una tienda de productos asiáticos junto a una carnicería moruna y,al lado, un puesto de churros tradicionales. Esta escena es bastante cotidiana en casi todas partes de España , muestra una realidad cada vez más visible: es un fenómeno que crece día a día, y que no solo refleja la llegada de nuevas personas, sino también el mestizaje cultural.
La multiculturalidad en España no es algo actual asociado a la globalización, sino que es el legado de siglos de interacción entre culturas. Desde la presencia de musulmanes y judíos en la península ibérica hasta la llegada de inmigrantes de América Latina, África y Asia, España ha sido un punto de encuentro de culturas que han dejado huella en su patrimonio y en su vida cotidiana.
Durante la Edad Media, Al-Ándalus fue un lugar de convivencia entre musulmanes, judíos y cristianos. Esta era de interacción dejó huella en la arquitectura, la lengua, la ciencia y la gastronomía. Hoy, monumentos como la Alhambra en Granada o la Mezquita-Catedral de Córdoba son símbolos visibles de esta tradición de intercambio cultura
En las últimas décadas, España ha vuelto a ser un punto de acogida para inmigrantes de diferentes partes del mundo. Desde los años 90, el país ha recibido a millones de inmigrantes, principalmente de América Latina, África y Asia. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), las nacionalidades de inmigrantes más numerosas en el primer trimestre de 2024 fueron la colombiana (39.200 llegadas), marroquí (26.000) y venezolana (22.600).
Uno de los reflejos más visibles de esta multiculturalidad es la gastronomía. En los mercados y restaurantes de las ciudades españolas, es común encontrar couscous marroquí, tacos mexicanos o sushi japonés, junto a la tradicional paella española. La fusión de sabores y tradiciones culinarias han enriquecido la gastronomía española.
Por otro lado, la multiculturalidad también se vive a nivel personal. Sara Sahraoui Attatba, una joven de 18 años nacida en Argelia y residente en España desde su infancia, es un ejemplo claro de cómo la integración es más que un proceso social. Sara comparte ;»En casa hablamos árabe y mantenemos muchas tradiciones argelinas, mientras que en el ámbito escolar y con mis amigos siempre he estado en la cultura española. Crecí sintiéndome en parte extranjera en ambos mundos».Sara actualmente estudia Trabajo Social en la Universidad de Alicante con el objetivo de ayudar a otros inmigrantes a encontrar su lugar en la sociedad. Attatba explica: «Quiero ayudar a las familias inmigrantes a entender que no tienen que elegir entre sus raíces y el lugar donde viven; pueden ser ambas cosas al mismo tiempo.»
Otro testimonio es el de Wei Zhang, de 42 años, quien dejó su ciudad natal Chengdú, en China, para comenzar una nueva vida en Alicante. Desde hace más de una década, Wei dirige un bazar en la calle San Mateo, donde se ha integrado en la comunidad y se ha convertido en un rostro familiar para los vecinos. «Aquí vendo de todo, pero lo más valioso que recibo es el cariño de la gente del barrio. Muchos ya no vienen solo a comprar, sino a charlar y compartir un rato», comenta Wei Zhang. A pesar de las largas jornadas y las diferencias culturales, Wei se siente agradecido por la vida que ha construido en España junto a su familia. Wei explica; «Mis hijos nacieron aquí, hablan español mejor que yo y me ayudan en el bazar. Creo que ellos representan lo mejor de ambos mundos: nuestras raíces chinas y las oportunidades que este país les ha dado.»
También está el caso de Luis Fernando Gómez , otro ejemplo de la diversidad cultural en España, tiene 32 años y llegó a España en 2018 y comenzó a trabajar en Pan Caliente, una panadería latina en Alicante. Originario de Cali, Colombia, Luis se encarga de preparar especialidades como pandebonos, almojábanas y empanadas, que han conquistado tanto a la comunidad latina como a los locales. «Ver a la gente disfrutar de los sabores de mi tierra me llena de orgullo», dice Gómez. Para él, Pan Caliente es más que un trabajo: es un lugar donde sus raíces colombianas se mezclan con la diversidad de Alicante.
Estas historias muestran cómo la multiculturalidad enriquece la vida cotidiana, pero también dejan claro que, a pesar de los avances, la discriminación sigue siendo un obstáculo considerable. Según el Marco Estratégico de Ciudadanía e Inclusión contra el Racismo y la Xenofobia (2023-2027), las comunidades de ascendencia africana y el Pueblo Gitano siguen siendo grupos vulnerables, enfrentándose a la discriminación en sectores clave como el empleo y la vivienda. Las políticas públicas, aunque enfocadas en promover la integración, aún no logran eliminar completamente los prejuicios y la xenofobia.
Desafortunadamente , no todos están de acuerdo con la llegada de inmigrantes a España, algunos sectores sociales y políticos expresan preocupaciones sobre el impacto de la inmigración masiva en el mercado laboral, el acceso a servicios públicos y el mantenimiento de las tradiciones locales. Según el Barómetro del CIS (julio 2023), un 7,7% de los españoles considera la inmigración como uno de los principales problemas del país, preocupados por la competencia laboral y la seguridad. Sin embargo, el mismo informe indica que estas preocupaciones están más relacionadas con los estereotipos hacia los inmigrantes y falta de información, que con datos objetivos sobre el impacto real de la inmigración.
La multiculturalidad ya forma parte de España, y no es algo que vaya a desaparecer. Es una oportunidad única para crear una sociedad más unida, donde las diferencias hagan más fuertes la sociedad en lugar de separarla.