Miguel Ánguel Fernández García: «A la radio, a día de hoy, le debo todo lo que tengo y todo lo que soy»

Miguel Ánguel Fernández García: «A la radio, a día de hoy, le debo todo lo que tengo y todo lo que soy»

La radio necesita locutores que conecten con el oyente y que comuniquen pensando en la persona que se encuentra al otro lado. Miguel Ángel Fernández García es uno de ellos. Tras trece años en el mundo de la radio en directo e interesándose también por la publicidad, Miguel Ángel presenta actualmente la Cadena SER de Benidorm y tiene como principal objetivo mantener en marcha su cabina de locución.

                       

Pregunta: ¿Cómo y cuándo empezó a formar parte del mundo de la radio?

Respuesta: Pues lo mío empezó a nivel de locutor. Mis primeros pasos en el mundo de la radio fueron en la radio del instituto de Benidorm, en el que había una radio en la que los alumnos tenían sus programas. Yo no entré solo en este mundo, sino que entramos un grupo de tres o cuatro compañeros que nos montamos un programa y teníamos una hora de radio, que era lo que te cedía el instituto. Fue ahí cuando realmente di mi primer paso dentro del mundo de la radio.

También tienen que ver las circunstancias porque, claro, yo estudiaba en el instituto, estaba haciendo el B.U.P y en  verano había que trabajar. Dio la casualidad de que yo estuve un verano en Xátiva poniendo copas en un bar para ganarme algo de dinero y por allí era un cliente habitual el director de Antena 3 Radio, lo que a día de hoy es la Cadena SER. José Manuel Vicente, cuando llegaron las fiestas de Xátiva, en el mes de agosto, me dijo que estaba entrando mucha publicidad y que, si quería, podía irme con él a grabarla. Él me pagaría a tanto la cuña y bueno, ahí fue realmente mi primer paso ya dentro del mundo profesional (estamos hablando de que yo tenía 16 años en aquel entonces).

P: ¿Tenía algún modelo a seguir en aquel entonces?

R: Yo lo primero que hacía era programas de humor y a mí me gustaba mucho “Gomaespuma”, ese estilo disparatado de aquella época, porque hoy en día digamos que ya no impacta tanto, ¿no? En aquel entonces no había nadie que hiciese una radio con ese modelo, entonces mis primeros pasos fueron un poco siguiendo a “Gomaespuma”.

P: ¿Y qué enfoque quería darle a aquello a lo que se quería dedicar?

R: La verdad es que, después de esa etapa, cuando ya llegué a la radio profesional, yo tenía clarísimo que lo que quería hacer era grabar publicidad. Incluso antes de hacer directo, que ya fue posterior y casi obligado por el dueño de la Cadena SER de Benidorm, yo lo que quería era grabar publicidad y, a día de hoy, es lo que sigo haciendo.

P: ¿Se acuerda de su primer programa en la radio?

R: Sí, claro que me acuerdo.

P: ¿Cómo fue?

R: Horrible. Lo que te contaba, yo en la publicidad me encontraba muy bien y, además, era un chaval que ya tenía una voz bastante grave para la edad que tenía. La publicidad tiene una ventaja con respecto al directo que es que, al ser grabado, puedes repetir, cortar, editar… En un principio a mí el directo no me interesaba para nada y fue mi jefe, Javier Jiménez, el director y propietario de radio Benidorm, quien me dijo “oye, ¿por qué no haces directos los fines de semana?” y yo le dije que no, que a mí lo que me gustaba era la publicidad. Él insistió en que grabara unas pruebas presentando discos para luego enseñárselas y al final le hice caso y se las presenté. Javier no me dijo nada y, como a los quince días, vi un listado en una pared de los turnos que había ese fin de semana, una lista en la que yo estaba incluido.

Me acordaré siempre, hice de doce del mediodía hasta las dos de la tarde, dos horas. En aquel entonces no había ordenador y la publicidad se metía en unos cartuchos, que eran unas cintas sin fin con discos de vinilo y se me quedaba en blanco la antena, la publicidad no me entraba… En fin, la experiencia fue como para haber dejado la radio. Es cierto que le cogí el tranquillo y, a partir de ahí, fueron trece años de radio en directo presentando la Cadena SER.

P: Entonces,  ¿el primer directo para usted ha sido el peor o ha habido peores?

R: Tengo la sensación de que la experiencia fue peor para mí que para el oyente, es decir, el oyente tampoco sabe lo que está ocurriendo, ¿no? Además, ese día tenía a toda la familia pendiente de la radio y eso suponía una presión absoluta, yo creo que ese fue uno de los peores momentos de mi carrera.

Claro que ha habido otros momentos así pero, una vez coges la dinámica de la radio, aprendes también a solventar la papeleta y, sobre todo, a la improvisación. Llega un momento en el que ya sales sin guión y, de repente, se van los ordenadores y te quedas con el micrófono abierto, tienes que estar reiniciando toda la parte técnica mientras hablas y cuentas lo que en ese momento te venga a la cabeza. Todo esto para que la gente no dejase de escuchar porque cada segundo de radio cuesta mucho dinero y no te puedes permitir silencios en ella.

P: Está claro que ha tenido sus malos momentos, pero también habrá tenido sus buenos, ¿alguno en especial?

R: Al principio esos buenos momentos vienen ligados a los personajes famosos, a esos que ves por la tele y que un día los tienes en tus programas sentados allí contigo.

Yo he hecho entrevistas a famosos como Antonio Resines y Norma Duval y son momentos que te grabas para tenerlos ahí y luego pensar “fíjate las entrevistas que he hecho”. Luego vas descubriendo que los mejores momentos vienen dados por la posibilidad de conocer a gente que hace cosas extraordinarias y que no es famosa, y hay gente ahí fuera que tiene unos valores increíbles, hace cosas maravillosas y son completamente anónimos, y casi que acabas valorando más eso que hacerle una entrevista a cualquier personaje famoso.

P: A parte de la radio, ¿ha trabajado en otros medios de comunicación?

R: Pues la radio me permitió más adelante hacer televisión en directo y estuve dos años haciendo tele. Aunque sí que es verdad que a la radio, a día de hoy, le debo todo lo que tengo y todo lo que soy, porque la radio lo que sí que te procura es la rapidez, la inmediatez, el tener respuesta y, sobre todo, que nunca puedes quedarte callado, que siempre tienes que hablar.

P: Qué gran razón. Bueno, ¿tiene algún proyecto en mente para mejorar e ir superándose a si mismo? ¿Alguna meta en concreto?

R: Sí, mira, yo acabo de iniciar un proyecto que, digamos que es una consecuencia de que he vuelto un poco a donde empecé. En el año 2002 nace mi hijo y yo dejo la radio. No es que yo deje de trabajar en la radio, sino que vuelvo otra vez a la publicidad, pero ya como profesional independiente, es decir, sin estar vinculado a ninguna emisora. Ahora me dedico a la producción publicitaria, grabo anuncios y locuciones, no solo para esta zona, sino para toda España y para América y, de repente, la red nos ha abierto una vía importante.

Ahora mismo estoy en ese momento en el que he dado un paso más allá y creo que soy uno de los primero locutores, o el único, que hay en España que tiene un establecimiento abierto al público, es decir, tengo una oficina en Benidorm donde tengo mi estudio, mi cabina de locución en la avenida Beniardá y, pues no sé, desde contestadores automáticos a felicitaciones de cumpleaños, no sé lo que me va a entrar por esa puerta. El caso es que ese es mi proyecto ahora mismo y mi objetivo es que esa cabina de locución en la que he invertido y que me ha costado un dinero no pare de funcionar, es decir, estar todo el día sacando producción.

P: Para acabar, ¿algún consejo para futuros locutores y publicistas?

R: La parte de locutor se está perdiendo un poco. Yo cuando empecé en la radio la escuchaba y la consumía mucho, la tenía pegada a la oreja todo el día. Hoy eso se ha perdido un poco porque tenemos otros medios para comunicarnos, entonces, a nivel de locución, lo importante es que se te entienda y, como estamos hablando de comunicación, las personas somos energía y lo importante no es la voz. La gente dice “ay, es que tienes una voz…”, sí, sé que tengo una voz muy característica y timbrada que para este trabajo viene estupendo, pero eso no es lo realmente importante, ya que lo importante es la capacidad que tengas para comunicar y, para ello, tienes que pensar siempre en el que está en frente, vocalizar bien y conseguir conectar con él. Cuando te pones delante de un micrófono tienes que pensar en que estás hablando para el que está al otro lado y esa es una manera infalible de conectar con el oyente y de comunicar, lógicamente.

Y luego, a nivel de publicidad, hay mucho más campo. La creatividad es fundamental y la palabra a mí me hace mucha gracia porque se dice que “una imagen vale más que mil palabras” pero yo creo que depende, porque yo a veces veo vídeos en la red y fantásticas imágenes con un poquito de música, pero a mí me falta la palabra, y la palabra es capaz de llevarte a sitios donde, a lo mejor, la imagen no es capaz de llevarte.

Esos serían mis consejos, ser creativos y hacer mucho ejercicio vocal para que se te entienda alto y claro.

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Laura Jordà Tomás

4t de Publicitat i Relacions Públiques. Perfil dinàmic i creatiu. A més, clarinetista en projecte.

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