Entre bambalinas con bailarines

Imagen de Rudy and Peter Skitterians en Pixabay

El mundo de la danza clásica llega al público con cicatrices que no se ven

Heridas, esguinces, algodones, esparadrapo y mucho sudor es lo que más encuentras tras el escenario en una actuación de ballet. Un conjunto de cuerpos explotados al máximo reflejando su trabajo de la manera más elegante que el mundo cree conocer.

EL ballet es el género de la danza por excelencia. Es una forma de baile en la que sus movimientos se basan en el control absoluto del cuerpo, por lo que se suele exigir que los practicantes comiencen con la enseñanza desde temprana edad (por lo general, si no es antes, a partir de los 6-7 años).

Requiere una gran concentración, además de actitud y un esfuerzo total. Una de las principales características que posee, es que todos los pasos están codificados, en las clases se trabaja con todo el cuerpo, de esta manera se puede llegar a expresar con total armonía y fluidez. En el mundo del baile, el ballet o danza clásica, está considerado como una de las mayores disciplinas. Es una forma concreta de danza y también el nombre de la técnica correspondiente. Dependiendo de las épocas, los países, las corrientes y el espectáculo, esta expresión artística, puede incluir: danza, teatro, mímica, personas y maquinaria. Además de esto, también se hace referencia como “ballet” a una pieza musical que se ha compuesto precisamente para ser interpretada por este tipo de danza, y al conjunto de bailarines que forman el cuerpo técnico.

El ballet no es algo fácil de aprender, ni mucho menos rápido. En siete días es complicado formarse, pero no imposible aprender os conceptos básicos.

El primer día es el más duro de todos. En el Estudio de Danza de Alicia y Pilar comienzan con un pequeño examen para tener una idea del nivel que tienes y asignarte un grupo. Estos están seccionados en los diferentes grados que hay en la carrera, en este caso la ROYAL DANCE ACADEMY. Consiste en una clase grupal donde la profesora va señalando diferentes pasos para que las alumnas los lleven a cabo, mientras son supervisadas por otra profesora, la cual tiene una lista y va tomando nota. Es importante saber que será el primer día en el que más heridas aparezcan, dependiendo de la punta, la pisada y el movimiento, es necesario hacer un vendaje en los dedos de los pies u otro. Para los principiantes se recomienda usar protecciones de silicona, solo los bailarines profesionales usan los de tela, o no usan, debido a que se les generan callos y durezas que evitan un mayor número de heridas. En las clases se da por sabida la teoría básica: las posiciones (primera, segunda, tercera, cuarta y quinta).

El segundo día no deja de ser muy complicado, ya que hay que ir a bailar con la carga en los pies del día anterior. Heridas abiertas y músculos cansados no deben frenar el entrenamiento y la formación de la bailarina. Las clases consisten en una práctica del examen. Hay que saber las variaciones, los pasos y las coreografías que la examinadora pedirá al azar en las convocatorias. El mundo de la danza es muy competitivo, pero afortunadamente en el estudio alicantino no se llega a conocer, debido a la amistad que crean entre sí las alumnas y la cercanía que ofrecen las profesoras, el trato es sorprendente mente bueno. La mayoría de las alumnas llevan cursando este estilo desde hace años, apenas con 6 años comienzan a bailar, es por ello que hay que, empezando más tarde, se recomienda practicar en casa ejercicios de flexibilidad, fuerza y, sobre todo, muchos estiramientos. Además de esto, lidiar con las nuevas heridas y, en algunos casos, el empeoramiento de otras.

Al tercer día el dolor no disminuye, no logras acostumbrarte a él en, posiblemente, meses, todo depende de la capacidad de la alumna o alumno, se sigue trabajando el temario del examen para que las alumnas lleguen a la perfección. Por otra parte, los gastos económicos son realmente altos. Los conservatorios suelen ser privados, no son baratos, pero aparte de las clases, hay más gastos que asimilar, por ejemplo: los maiots más baratos pueden costar cuarenta euros, las bailarinas los usan diariamente para entrenar, los necesarios para las actuaciones, festivales y eventos suelen ser mucho más caros. El tutú no suele bajar de los 100 euros, las puntas están hechas de una manera para cada tipo de pie, algunas más gruesas, otras más alargadas, más duras o blandas, y cuestan alrededor de ochenta euros, sumándole la compra de protectores, medias y calentadores, los gastos iniciales sumarían un total de 290 euros, sin contar las clases.

En el cuarto día es cuando la dieta comienza a ser más relevante, el cuerpo pide una alimentación bastante variada, pero, sobre todo, ingerir una gran cantidad de proteína animal. Es muy importante no quedarse sin energía. El ballet requiere el uso de todo el cuerpo y de la mayor cantidad de exigencia y actitud posible para poder rendir al máximo. Con suerte, las heridas del primer día desaparecen dejando pequeñas cicatrices para dar paso a nuevas, además de hematomas.

El quinto día es en el que descubres que en el mundo de la danza hay un gran riesgo de grandes lesiones. Desde esguinces en los dedos, en los tobillos, a sobrecargas y desgarros musculares de compañeras, pero nadie deja de bailar. Una gran cualidad de los bailarines profesionales es la capacidad de moverse con lesiones en los músculos más grandes y cinco esguinces en una misma pierna.

El sexto día consigues adaptarte mejor a la música, esto ayuda a transmitir mejor el mensaje del ballet, consiguiendo una mayor coordinación con todas las extremidades del cuerpo, además de esto, ayuda a la concentración. Algo que no llega a desaparecer son las heridas.

En el séptimo día, el último, puedes comprobar la diferencia con el primero. Los pies siguen sangrando y doliendo, pero la capacidad de elasticidad y de mantener el equilibrio se nota más. Pero sigue siendo muy poco comparado con las compañeras.

Cabe recalcar que las clases durante esta semana han sido intensivas en el temario de examen debido a la proximidad de este, normalmente se da el caso de ser clases libres, donde la profesora va marcando los pasos a seguir, pero como ha sido mencionado anteriormente, las profesoras buscan lo mejor para sus alumnas y tienen muy en cuenta la importancia de los exámenes.

La danza clásica tiene una característica muy peculiar; todo lo que una persona puede llegar a pensar que es fácil resulta ser muy complicado. No llegamos a conocer a nuestro cuerpo al cien por cien hasta que no lo ponemos a prueba, usando huesos, tendones y músculos que no sabíamos siquiera que existían. No se llega a conocer el dolor hasta que no se trabaja sobre él, cuando el telón se cierra es cuando una bailarina siente realmente sus pies.

Para finalizar, agradecer, y remarcar, el nombre de la academia, puesto que en el ESTUDIO DE DANZA DE ALICIA Y PILAR el trato es siempre magnifico. Las fundadoras, Alicia y Pilar, forman parte del profesorado y ponen nombre a la academia, tan solo al entrar logran transmitir la pasión que comparten las dos grandes amigas por la danza, y en especial por la danza clásica. En todo momento se respira la ilusión que tienen, al compartir un vídeo nuevo de algún gran bailarín, ver crecer profesional y personalmente a las alumnas, y ver cómo se va creando esa pequeña familia a la que aspiraban desde el primer día, del mismo modo esa alegría se comparte con la familia, ya que, se encuentran varias generaciones formando parte de la academia, ya no solo son alumnas, si no que llegan a ser hijas, sobrinas y futuras nietas. Ellas han formado un pequeño rincón en Alicante para los amantes del baile, donde disfrutan, junto a ellas, desde los más pequeños hasta los mayores.

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Laura Jordà Tomás

4t de Publicitat i Relacions Públiques. Perfil dinàmic i creatiu. A més, clarinetista en projecte.

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