Bullying, otra forma de maltrato

Bullying, otra forma de maltrato

El acoso escolar, o según el término inglés «bullying» es una técnica de maltrato llevada a manos de pequeños niños o jóvenes entrando en la época de adolescencia. Indiferencia, chantajes, amenazas, o golpes son unos de los flashbacks que sufren las víctimas de bullying.

Danny Keefe es el protagonista de uno de los últimos casos de acoso escolar que se han dado alrededor del mundo. Danny es un niño de 6 años que vive en Massachusetts, y que acude a la escuela cada día. Lo que le diferencia del resto de sus compañeros es un trastorno neurológico llamado apraxia y una enorme personalidad. Danny se viste con pequeños trajes de chaqueta hechos a medida, corbatas, y también elegantes sombreros. Él lo ha decidido así, y con 6 años es fiel a sus gustos e ideales. Pero lo que debería resultar algo inofensivo e incluso adorable y de admirar, resultó ser que pasó a ser el blanco perfecto de burlas y acoso. Aún así, siendo molestando por alumnos de otros cursos, Danny llegaba a casa todos los días y decía a su hermanos: “No me importa lo que la gente piense de mi, sólo me importa lo que pienso de mí mismo”. Por supuesto estos energúmenos que acosaban a Danny no estaban en su misma clase, ya que ahí todos le tienen como un gran amigo. Todos los días Danny sufría de bullying en la escuela, hasta que un niño de 11 años que estaba en el equipo de futbol de su hermano mayor se percató de esta situación y decidió iniciar un movimiento. Movilizó a más de 40 niños y un día aparecieron todos vestidos con traje, corbata y sombrero. Como el pequeño Danny. Esta pequeña muestra de solidaridad salvó de los abusos a Danny. Se unieron todos para reivindicar la lucha contra el maltrato escoltar, e indirectamente no solo defender el  caso de su compañero y amigo Danny, si no que esto se hizo notable en muchos países, concienciando a más personas.

El caso de Danny es uno de los casos más recientes alrededor del mundo, ocurrido el 20 de Noviembre, y solventado de forma favorable. Pero todavía hay muchos niños que sufren de Bullying. Este maltrato psicológico, y físico producido entre escolares lleva a muchos de ellos a medidas desesperadas como son el suicidio, llegando tras numerosos estudios las cifras a ser epidémicas en el año 2025. Además, a causa del nacimiento de las redes sociales, se ha derivado una nueva modalidad: el ciber-acoso. De esta forma las víctimas no pueden vivir tranquilas ni en su propia casa, donde el sonido de un nuevo mensaje de texto es una tortura. Mensajes de textos amenazantes, violentos, y malintencionados. Y tras esto, al día siguiente tienen que volver a clase, donde la tortura continúa en las aulas a manos de sus agresores, con cuerpos y caras de niños, fachada completa y coartada perfecta de almas poco empáticas.

La causa interna por la cual estos niños se ensañan con otros viene derivada por problemas de autoestima, por lo cual es probable que se necesite profundizar mucho para llegar al punto del problema. Provienen de familias en las cuales el uso de la violencia es un hecho rutinario, y todo aquello que ven en casa lo aplican a la vida real. Traumas familiares también pueden ser la raíz de este acto de revelación donde pagan víctimas que no lo merecen. Y a consecuencia de este comportamiento en parte vengativo, otros niños sufren estrés postraumático, distimia, flashbacks constantes de golpes o insultos pasados, una disminución notable de la autoestima, y una autoimagen negativa. Estos pequeños agresores son los primeros que tienen una autoestima baja con lo cual actúan de esta manera para así diferenciarse de otros niños adjudicándose un sitio en escalones más altos, gozando de liderazgo.

Es indignante que niños con excelentes capacidades y buenas calificaciones se auto-obliguen a descuidar sus estudios para evitar agresiones y abusos de otros niños solo por el mero hecho de no ser como ellos. Esto sucede porque estos niños no tienen otra vía por la cual destacar, por ello acobardan y empequeñecen a otros que si la tienen para enmascarar quien realmente no vale nada. Es el caso de Cristina, de Elda (Alicante) la cual sufría bullying,  y se precipitó por un puente. -“Era muy estudiosa y sociable, incluso estaba organizando la cena de clase”- Afirman compañeras de su clase.

Los antecedentes del acoso escolar hablan por sí solos, apoyados de cifras e indicios de este problema considerablemente altas. En la década de los 80 las instituciones de enseñanza ya fueron alertadas por consecuencia de  tres suicidios de jóvenes de entre 10 y 14 años.  Esto despertó el interés de investigadores que se centraron en este conflicto, con lo cual en los 90 este estudio se desarrolló todavía más. Del año 1973, a 1993 el profesor noruego Dan Olweus, con sus trabajos inició la campaña anti-bullying tras investigar a principios de los 70 a 80.000 estudiantes, 1000 padres, y 400 profesores.

Es así como, ahora en la actualidad sigue existiendo no solo el matón y jefe del patio, si no que “gracias” a la evolución de las redes sociales, la víctima no puede escapar de ninguna manera, ni aunque cambie de colegio y quiera cambiar de vida. Se han visto casos de acoso en el que la victima decide cambiar de colegio, y los antiguos compañeros se ponían en contacto con los alumnos de su nuevo colegio para buscar compinches de la tortura. Es por ello, que se han lanzado campañas contra el acoso escolar, con slogans tales como “Di no al acoso escolar”. Escueto y directo. ¿El mensaje? Concienciar a padres, profesores, y alumnos.

Son demasiadas denuncias por maltrato, demasiadas víctimas, y por desgracia demasiadas muertes.

Comunicando UA

Ciberperiódico de los alumnos de Publicidad y Relaciones Públicas de la Universidad de Alicante.

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