¿Por qué todos nos sentimos como el bufón triste de Internet?

¿Por qué todos nos sentimos como el bufón triste de Internet?

En la era de las redes sociales, todos nos hemos vuelto un poco como bufones tristes, mirando el mundo desde nuestras pantallas mientras compartimos memes, comentarios sarcásticos y reacciones que van del humor a la desesperación. Esa sensación de impotencia y confusión colectiva se ha hecho más evidente en momentos políticos caóticos, como cuando Donald Trump llegó al poder y todo lo que vino después. Pero ¿por qué nos sentimos así? ¿Por qué, mientras todo parece irse al garete, algunos seguimos bailando como si no pasara nada?

La respuesta, quizás, está en la naturaleza misma de Internet y en nuestra forma de procesar la realidad. Las redes sociales han creado un espacio donde lo absurdo y lo trágico coexisten en un mismo plano. Un meme sobre una crisis política puede volverse viral en cuestión de minutos, generando risas y likes, mientras que, al mismo tiempo, las noticias nos recuerdan que el mundo está en llamas. Esta dualidad nos convierte en espectadores y participantes de un esperpento global, donde la línea entre el humor y la tragedia se desdibuja.

El fenómeno no es nuevo. Si miramos hacia atrás en la historia, encontramos ejemplos que resuenan con nuestra situación actual. El cuadro de Jan Matejko, «La fiesta durante la pérdida de Smolensk«, representa a la reina Bona Sforza bailando y celebrando mientras la ciudad de Smolensk cae en manos enemigas. La imagen es poderosa: mientras el desastre ocurre, algunos eligen ignorarlo y seguir con sus vidas como si nada pasara. Hoy, Internet es nuestro salón de baile, y nosotros somos la reina Bona, riéndonos de memes mientras el mundo se desmorona.

Pero no nos equivoquemos: este comportamiento no es necesariamente una muestra de indiferencia. En muchos casos, el humor y la ironía son mecanismos de defensa. Frente a la situación actual, en la que el presidente de los Estados Unidos y su vicepresidente parecen una caricatura de sus anteriores iteraciones. Los memes virales, los hilos de discusión y los comentarios sarcásticos son, en cierto modo, una forma de resistencia. Nos permiten armarnos frente a la grotesca situación contemporánea, en la que los aliados de la OTAN se ven amenazados de forma continua

La llegada de Trump al poder ha introducido a un vicepresidente americano que hace reminiscencias al pasado fascista del siglo XX. Entre las amenazas continuas a los aliados cercanos, cómo Dinamarca, y los pactos con Rusia a nuestras espaldas para repartirse Ucrania. El propio saludo de Musk al público de hace unas semanas parece un pasado lejano y casi imaginario.

Al final, todos somos un poco el bufón triste de Internet, atrapados en un ciclo interminable de risas e ira. Pero tal vez, en lugar de quedarnos en el salón de baile, podamos usar nuestra voz y nuestra creatividad para hacer algo más. Después de todo los que bailan mientras el mundo arde rara vez son recordados con admiración.

AndresLozanocmd

Filólogo estudiando el máster de comunicación digital.

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