La Generación Z y el temor a hacerse mayor: ¿inevitable?
Con el paso del tiempo, muchos visualizan triunfos como vivir por cuenta propia, conseguir un empleo fijo o construir un hogar. Sin embargo, para la Generación Z la idea de envejecer ha perdido su atractivo. Un gran número de jóvenes sienten ansiedad o inquietud ante la idea de cumplir años. ¿Cuál es la razón detrás de esto? Y, fundamentalmente, ¿Qué podemos hacer al respecto?
Hoy en día, ser joven no es sinónimo de seguridad. Los problemas económicos, la dificultad para encontrar empleo o pagar una vivienda, y la presión por “triunfar” antes de los 30, hacen que crecer parezca una carga. Según una encuesta del Barna Group, casi el 40 % de los jóvenes de esta generación se siente constantemente inseguro sobre su futuro, lo que alimentan la sensación de que el mundo adulto es incierto y difícil de manejar.
Pero más allá de todo eso, también existe otro miedo más emocional, que genera cierta angustia y miedo: darse cuenta de que el tiempo pasa demasiado rápido. Somos muchos los jóvenes que sienten que la vida va a toda velocidad: ayer estabas en el colegio y hoy ya estás en la universidad o empezando a trabajar. Todo cambia sin pausa y parece que no hay tiempo para disfrutar de cada etapa. Esa conciencia del paso del tiempo, y de que la infancia o la adolescencia quedan atrás, provoca nostalgia, miedo a perder oportunidades y la presión de “aprovechar” cada instante, lo que muchas veces genera más ansiedad que disfrute.
¿Cómo podemos sobrellevar mejor esto?
En realidad, hacerse mayor no tiene por qué ser algo negativo. Crecer también significa aprender, ganar experiencias y descubrir quiénes somos. La clave podría estar en dejar de comparar la vida con lo que se ve en redes y empezar a valorar lo real como son las amistades, la salud mental, el tiempo libre y esos pequeños logros que siempre hay que celebrar. En lugar de temer al futuro, podríamos aprender a construirlo con calma, entendiendo que cada edad tiene su belleza y su propósito.

Pero este miedo a hacerse mayor no es exagerado ni superficial: es el reflejo de una sociedad que cambia rápido y que a veces exige demasiado. Pero el paso del tiempo no tiene por qué ser un enemigo. Aceptar que la vida avanza, cuidar la salud emocional y aprender a disfrutar de cada etapa puede ser el primer paso para vivir sin tanto miedo. Porque crecer, al final, no es perder: es seguir sumando.
Quizás el tiempo pase rápido, pero eso también significa que seguimos viviendo. Cada año no es una pérdida, sino una suma de experiencias, personas y recuerdos. Hacerse mayor no debería asustarnos, sino recordarnos que seguimos aquí, creciendo un poco más cada día.
