El vértigo de enfrentarse al mercado laboral

El vértigo de enfrentarse al mercado laboral

Terminar los estudios debería sentirse como una meta cumplida. Después de años de exámenes, trabajos en grupo y noches sin dormir, al fin llega ese momento en el que uno recoge el título que promete abrirle las puertas del futuro. Sin embargo, para muchos jóvenes, ese instante se convierte en el inicio de una nueva incertidumbre: la de enfrentarse a un mercado laboral que no siempre está preparado para recibirlos. Esto es uno de los efectos de la crisis económica provocada por la pandemia, que ha dificultado a los jóvenes menores de 25 años su acceso al mercado laboral. No obstante, a medida que la situación económica mejora, la tasa de desempleo juvenil tiende a disminuir, aunque muchos de los puestos disponibles sean temporales, de media jornada o realizados de forma remota. Sin embargo, este tipo de trabajo no se ajusta a sus expectativas profesionales.

Hoy, la sociedad insiste en que la educación es la llave del éxito, pero lo que muchos recién graduados descubren es que la cerradura ha cambiado. Los datos lo confirman: gran parte de los titulados en España termina en trabajos precarios o en sectores ajenos a su formación. El esfuerzo académico no siempre se traduce en oportunidades reales, y esa frustración genera una sensación de estafa silenciosa. ¿De qué sirve estudiar una carrera universitaria si el mercado no valora ni las competencias ni la dedicación invertida? Más de 1.200 directivos participaron en una encuesta que reveló que cuatro de cada diez personas consideran que los recién titulados universitarios no están listos para incorporarse al mercado laboral. Según estos líderes, el mayor problema entre los jóvenes de la llamada Generación Z es la falta de ética laboral. Además, las empresas exigen experiencia, pero pocos están dispuestos a ofrecer la primera oportunidad.

Los dos principales problemas de la educación son, por un lado, que lo que se enseña no está bien adaptado a lo que necesitan las empresas hoy en día ni a lo que necesitarán en el futuro. Y, por otro lado, se da demasiado peso a la teoría y poco a la práctica, lo que hace que muchos estudiantes terminen sus estudios sin la experiencia suficiente para trabajar con facilidad en su profesión. En España, no todos los estudiantes tienen la oportunidad de realizar prácticas durante su formación. Solo algo más de la mitad de los universitarios (54%) y dos tercios de los alumnos de Formación Profesional (66%) pudieron hacer prácticas mientras estudiaban, lo que muestra una falta de experiencia real en el entorno laboral para muchos jóvenes. Por ello, muchos terminan aceptando prácticas mal remuneradas o empleos temporales que poco tienen que ver con su vocación. No se trata solo de un problema económico, sino también emocional: enfrentarse al rechazo constante nos machaca la autoestima.

Contar con un título académico ya no es sinónimo de estabilidad laboral. Lo que verdaderamente distingue a una persona es su capacidad para renovarse y adaptarse a los cambios. Algunos de los consejos que dan es trabajar en diferentes habilidades y experiencias que puedes ir cultivando mientras aún estudias en la universidad. Eso te ayudarán a mejorar tu empleabilidad y a tener más oportunidades de trabajo. El mercado laboral puede ser hostil, pero también puede convertirse en un escenario de crecimiento si uno aprende a moverse con criterio, y sin perder la ilusión ni la confianza en lo aprendido.

Acabar los estudios y enfrentarte al mercado laboral

Naomi

Soy alumna de 1º de Publicidad y RRPP

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