Victoria´s Secret: ¿El renacer?
El pasado 15 de Octubre a las 19:00h, en Nueva York, se reprodujo en directo uno de los eventos más importantes de la industria de la moda: el desfile de Victoria´s Secret, lo que ha provocado gran revuelo entre los más jóvenes (y no tan jóvenes), que siguen sus desfiles todos los años.
Cobran vida cada convocatoria para promocionar, mediante temáticas, las novedades de la marca y posicionarse en el mercado. Su primer desfile, en 1995, se realizó en Nueva York y pasó completamente desapercibido para el público y los medios: fue un evento privado. Hoy en día, tienen un alcance de 3 millones de espectadores, más que en la semana de la moda de Milán o París.
La marca creó un mundo de fantasía, lujo y glamour, promoviendo la idea de unos cuerpos “idílicos”, representados por modelos minuciosamente seleccionadas y conocidas como ángeles. Sin embargo, se alejaba mucho de reflejar y representar cuerpos diversos e inclusivos, lo que generó un fuerte rechazo de la audiencia y también dentro de la industria de la moda. Fue criticada por promover un estándar de belleza limitado.
Además de ello, se sumaron las declaraciones durante una entrevista de uno de sus ejecutivos, quien afirmaba que no veía necesario incluir modelos trans, de talla grande o latinas. Poco después, el desfile de Victoria´s Secret en 2018 se convirtió en el último de estas características, poniendo fin a una era.

En 2024, la marca anuncia su regreso, renovando valores y apostando por la diversidad. El pasado miércoles, se podía ver la inclusión de modelos que anteriormente no habrían aparecido. Esto trae consigo otra perspectiva frente a la sociedad, especialmente femenina, pero ¿es realmente diverso e inclusivo o nos están vendiendo lo mismo, pero maquillado?
Cabe destacar la diferencia de distintos perfiles de mujeres, creando líneas deportivas y adaptadas también a la diversidad funcional, reflejando así su intención de renovar y dejar atrás su pasado.
Finalmente, aunque la marca haya logrado posicionarse nuevamente, debe de reforzar esos valores y mantenerlos en el tiempo, tanto en los desfiles como dentro de sus estructuras internas, es decir, entre quienes deciden qué es válido y qué no.
