Silencio en los platós: el caso Lequio y la verdad que no se quiere admitir
En los últimos días, el nombre de Alessandro Lequio ha vuelto a resonar en titulares tras las declaraciones de Antonia Dell’Atte en El País, quien ha asegurado en la entrevista que sufrió maltrato durante su relación con él. En el programa ¨No somos nadie¨se habló de unas supuestas cartas en las que Lequio pedía perdón a Antonia Dell´Atte tras los primero abusos, lo que respaldarían sus palabras. Lo más sorprendente no ha sido el testimonio, sino el silencio mediático que ha seguido en muchos programas donde Lequio colabora.

Resulta impactante que cuando se trata de otras figuras públicas los medios no duden en juzgar y sentenciar antes que la justicia. Sin embargo, en este caso parece que la televisión ha optado por mirar hacia otro lado, seguramente por el peso mediático de Lequio o por las relaciones que mantiene dentro de este entorno. Esta situación deja mucho que desear en un momento en el que se presume de compromiso con la igualdad y la lucha contra la violencia de género.
Por otro lado, en el programa ya mencionado se afirmó que Ana Obregón, expareja también de Lequio y madre de su hijo fallecido, podría haber pasado por situaciones similares, aunque nunca lo ha confirmado públicamente. Entiendo que el dolor y el respeto hacia su hijo puedan llevarla a guardar silencio, pero también creo que su testimonio sería fundamental para visibilizar una realidad que, durante años, ha sido silenciada.

En mi opinión, Lequio no debería seguir ocupando un espacio en televisión hasta que todo esto se aclare, aunque, para ser justos, debería no volver. Aunque haya dudas, se trata de un tema de tal magnitud que los medios tendrían que ser responsables y coherentes con los valores que promueven. Proteger a quien tiene poder solo contribuye a continuar la injusticia. Es hora de dejar de tapar lo que incomoda y empezar a dar voz a quienes, durante demasiado tiempo, han tenido que callar.
