¿Preocupados por la IA?
En los últimos años la inteligencia artificial ha avanzado a pasos gigantes. Hoy en día ya no es una tontería. La usamos todos los días sin darnos cuenta: teléfonos que reconocen nuestra voz, las plataformas que nos recomiendan música, series o cualquier otro tipo de contenido, programas que escriben textos o crean imágenes… Nos ayudan con cualquier cosa, ya sea psicológicamente para preguntarle sobre nuestras cosas, o para hacer algún trabajo. Son ejemplos de cómo la tecnología se ha vuelto parte de nuestra rutina.
Pero este progreso también genera preocupación. Muchas personas temen que las máquinas reemplacen a los trabajadores humanos. Algunos empleos, especialmente los digitales, ya están siendo automatizados. Sin embargo, no todo es tan negativo como parece, ya que la IA puede ayudarnos a hacer el trabajo más fácil, rápido y seguro. Lo importante es aprender a convivir con ella, pero sin volvernos dependientes hacia ella.


El verdadero desafío no es evitar la tecnología, sino a adaptarnos a ella. La educación será clave para que las personas puedan desempeñar nuevos tipos de empleos. Además, siempre habrá cosas que máquinas no pueden hacer tan bien como nosotros: sentir, crear, cuidar y comprender a otros. La IA puede hacer muchas cosas, pero no será tan válido como las persona. Nosotros sentimos, pensamos y en la IA es todo automatizado.
Por eso es importante que aprendamos a usar la inteligencia artificial de manera responsable. No debemos tenerle miedo, pero tampoco dejar que piense por nosotros. La tecnología debe ser una herramienta que nos ayude a crecer, no algo que nos quite nuestras capacidades. Si la utilizamos con equilibrio, podremos aprovechar sus ventajas sin perder lo que nos hace humanos.
