Porsche y la buena elección de no electrificar el 911
Hoy en día, el mundo avanza con un objetivo muy claro hacia la electrificación de los vehículos, pero sobre todo la UE está implantando muchas normativas en Europa que restringen a las marcas, de manera que se ven limitados a la hora de producir coches de combustión de forma totalmente libre. En este artículo, tenemos como protagonista a la marca de lujo Porsche, ya que su negativa a la hora de convertir su icónico modelo 911 en un coche 100% eléctrico ha generado mucha controversia. Para muchos, es una irresponsabilidad medioambiental, mientras que para otros, es una muestra de admiración hacia la historia de este modelo, dando a entender que no ven viable la posibilidad de electrificarlo. En mi caso, recalcando que soy amante de los coches, me encuentro en ambas posiciones. ¿Puede la esencia que esta marca nos ha dado con el 911 sobrevivir sin traicionar al futuro?
En primer lugar, si me posiciono como amante de los coches, celebro que Porsche haya decidido no electrificar el 911 al 100%, ya que esto supondría destruir la esencia principal de la marca, es decir, convertir el 911 en un vehículo silencioso y pesado sería como pedirle a Mcdonalds que solo vendieses comida saludable y totalmente natural.
En segundo lugar, no podemos ignorar por completo la situación actual que tenemos con el medio ambiente. El cambio climático exige cierta responsabilidad. Por eso cada vez más a menudo se están implementado normativas para controlar el impacto que producen los coches. Ante ellas, Porsche se ha negado a electrificar su modelo 911, y se ha visto obligado a sacar alternativas, como por ejemplo, el Porsche Taycan (100% eléctrico) o la hibridación de otros modelos como el Cayenne.

En conclusión, creo que privar a los 911 de la electrificación no es negar el futuro sino respetar la esencia de una marca. Pero también creo en la posibilidad de avanzar respetando la normativa, y eso requiere valentía, creatividad e inversión por parte de Porsche.
