Gran problema para los jóvenes con necesidad de emanciparse
El precio del alquiler se ha convertido en uno de los mayores problemas sociales y económicos de nuestra sociedad. Lo que antes era una alternativa razonable a la compra de vivienda se ha transformado en una carga insostenible y pesada para miles de personas.
En las grandes ciudades, alquilar un piso hoy en día puede superar fácilmente los 1.200 euros mensuales, un cifra que, en diversos casos, representa más del 40% del salario de un trabajador. Esta situación deja en evidencia una realidad preocupante, es decir, trabajar ya no nos garantía el poder pagar un techo, ya que no o dos los ciudadanos nos podemos permitir pagar esa cifra por un piso de alquiler
El aumento constante del alquiler no es fruto del azar. Detrás se encuentran varios factores: la falta de vivienda pública, la especulación inmobiliaria y el auge de los pisos turísticos, que reducen la oferta destinada a residencia habitual. A ello se suma la ausencia de políticas eficaces que protejan al inquilino. Todos estos casos suman las pocas posibilidades de que un joven de 18 años pueda emanciparse.

La vivienda, el hogar, un derecho básico reconocido por la Constitución, se ha convertido en un bien de lujo al alcance de pocos. Este problema debería cambiar, debido a que muchos jóvenes no pueden emanciparse por problemas económicos y se ven obligados a prolongar su dependencia familiar cuando necesitan estudiar fuera o generar su propia vida sin sus padres en la misma casa .
Las familias dedican una parte desproporcionada de sus ingresos al alquiler, sacrificando otros aspectos esenciales de su vida. Además, la desigualdad territorial se acentúa, debido a que en las zonas urbanas se concentra la riqueza, Por ello, es necesario un cambio de vida. España necesita políticas de viviendas asequibles , que incentiven la oferta de alquiler y que garanticen un equilibrio justo entre poder vivir y derecho social.
Mientras vivir dependa del poder adquisitivo y no de la dignidad, seguiremos construyendo una sociedad cada vez más desigual y los jóvenes seguirán teniendo menos posibilidad de emanciparse debido al alto precio de los alquileres. Esto supone un alto riesgo para el país y es probable que en un futuro traiga consecuencias para el país.
Para terminar, España como país o cualquier otro ha de mirar este problema de la emancipación juvenil ya que no es una simple cuestión de falta de esfuerzo o de ambición, sino el reflejo de un sistema económico y social que dificulta la independencia. Los bajos salarios y el alto costo de la vivienda han convertido en un lujo lo que debería ser un derecho o necesidad, el poder construir una vida autónoma sin tener 30 años. Este problema puede acabar con las necesidades de los jovenes, si se tiene un ir a estudiar fuera o la necesidad de rehacer su vida en una casa sin sus padres. Se deberían reunir los altos cargos para que los jovenes puedan emanciparse sin renunciar a su estabilidad ni a sus proyectos de vida. Solo así se podrá hablar de una generación verdaderamente libre y con futuro.
