Construir sin destruir: el reto de la sostenibilidad

Construir sin destruir: el reto de la sostenibilidad

Los materiales sostenibles son aquellos que, además de cumplir su función estructural o estética, respetan el medio ambiente en todo su ciclo de vida: desde su producción hasta su reciclaje o reutilización. Ejemplos hay muchos: la madera certificada, el bambú, el corcho, la piedra local o incluso los ladrillos fabricados con residuos reciclados. Utilizar este tipo de materiales no solo reduce la huella de carbono, sino que también mejora la calidad del espacio, ya que suelen ser más saludables y naturales.

Sin embargo, aún existe cierta resistencia en el sector. Muchos profesionales y empresas siguen optando por materiales más baratos o convencionales, sin considerar los costes ambientales que estos generan. Creo que este problema está relacionado con una falta de información y con la idea equivocada de que lo sostenible es siempre más caro o más complicado. La realidad demuestra lo contrario: aunque la inversión inicial puede ser algo mayor, a largo plazo los materiales sostenibles ofrecen mayor durabilidad y menor necesidad de mantenimiento.

Uso mayoritario de bambú en la construcción

Además, construir con materiales sostenibles tiene un valor educativo y simbólico. Cada edificio puede convertirse en un ejemplo, en un mensaje visible de que es posible vivir de otra manera. Las ciudades necesitan más de estos referentes, especialmente en un momento en el que el cambio climático ya no es una amenaza lejana, sino una realidad presente. Si cada proyecto arquitectónico incorporara aunque sea un pequeño gesto sostenible, el impacto global sería enorme.

En definitiva, creo que los materiales sostenibles no deberían verse como una alternativa, sino como la base de toda arquitectura contemporánea. Construir con conciencia no significa renunciar a la belleza ni a la innovación, sino todo lo contrario: implica crear espacios que respondan a las necesidades humanas sin dañar el entorno que nos da vida. Y, al final, ese es el verdadero propósito de la arquitectura: mejorar el mundo en el que habitamos.

Paula Böelter Huck

Estudiante de primer curso en Publicidad y Relaciones Publicas

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