El regreso de Victoria’s Secret y el brillo latino de Karol G
El regreso del Victoria’s Secret Fashion Show ha generado tanta expectación como debate. Después de años fuera de escena, la marca intenta renacer bajo un discurso de inclusión y diversidad. Sin embargo, cabe preguntarse si esa aparente renovación representa un cambio profundo o si, por el contrario, es una estrategia de marketing cuidadosamente empaquetada para reconciliarse con un público cada vez más crítico.
Desde su primera edición en 1995, el desfile se convirtió en un símbolo de glamour y feminidad. Las llamadas ángeles —de Gisele Bündchen a Adriana Lima— representaban una belleza idealizada, delgada, occidental y casi inalcanzable. Ese modelo empezó a tambalearse cuando la sociedad cuestionó su falta de representación real. En 2018, los escándalos internos y las críticas por sexismo llevaron al show a su cancelación. Victoria’s Secret prometió introspección, y en 2023 regresó con el proyecto The World Tour 23 buscando narrar “nuevas formas de ser mujer”.

Pero el cambio no convenció del todo. Muchos espectadores consideraron el formato frío, vacío de autenticidad y demasiado calculado. El discurso del empoderamiento parecía más una campaña publicitaria que una transformación estructural. La inclusión se sintió estética, no ética.
Ahí entra Karol G, quien en 2025 se presentó como una verdadera ángel latina sobre la pasarela del Brooklyn Navy Yard de Nueva York. Con un enterizo escarlata y alas imponentes, interpretó Ivonny Bonita y Latina Foreva, fusionando música y moda en una reivindicación de identidad y orgullo latino. Su presencia rompió con el molde anglosajón del desfile y simbolizó una conquista cultural conquistada con fuerza propia, no con permiso de la industria.
Su participación fue más que un número musical: fue un recordatorio de que la diversidad no debería ser una tendencia de marketing, sino una realidad natural en el escenario global. Karol G llevó el mensaje de que las mujeres latinas también pueden ser íconos de belleza, poder y éxito sin ajustarse a un molde único.
Sin embargo, el interrogante persiste. ¿El regreso del desfile con voces como la de Karol G es una muestra de evolución o una maniobra estratégica? Victoria’s Secret aprovecha la fuerza simbólica de artistas diversas para renovar su reputación, mientras su estructura empresarial y estética aún conservan el mismo brillo perfecto que durante años fue criticado por superficial.

En ese delicado equilibrio entre representación y propaganda se juega la credibilidad de esta nueva era. Porque si bien Karol G irradia autenticidad y empoderamiento genuino, la marca aún debe demostrar que su cambio no es otra fantasía de pasarela, sino una transformación real de fondo.
