Estudiar viviendo lejos de la universidad, ¿un lujo?
Lo que para algunos es una tarea sencilla, para mucha gente se convierte en un reto cada mañana. Y no estoy hablando de estudiar una carrera, sino de poder llegar a la universidad sin retrasos.

Y es que no falta el día que algún alumno acude tarde a sus clases debido a algún imprevisto ante el que no puede hacer nada para remediarlo. Muchas veces, se intenta promover que las personas no abandonen los pueblos para mudarse a ciudades con mayores oportunidades, pero si esta iniciativa no viene acompañada de soluciones de transporte para los estudiantes, no se vuelve una opción viable para muchos de ellos y terminan emigrando.
La gran demanda de transporte para movilizarse desde pueblos u otras ciudades hasta la universidad hace que muchas veces no haya autobuses suficientes para todos los alumnos y son muchos los que se quedan sin sitio y deben esperar al siguiente pese a que no suelen tener horarios precisamente amplios y hay varias horas entre buses. Ya son varios los ayuntamientos que se han quejado sobre este tipo de incidencias, algunos de ellos son Elda, Petrer, Elche o Sax, entre otros.
Otra opción que varios estudiantes se plantean es alquilar una habitación en una residencia de estudiantes o un piso compartido, pero es un gasto que muchas familias no pueden asumir y tienen que recurrir a la opción del transporte diario pese a que tampoco sea precisamente económico.

En mi opinión, para cubrir la demanda, se debería de exigir el refuerzo en el número de autobuses, así como ampliar los horarios, aunque sea a través de ayudas públicas. Estudiar es un derecho muy importante y necesario y se debe apoyar a las personas que deciden cursar una carrera universitaria y que no quieren abandonar sus municipios.
