¿La caída del Bitcoin?
El mercado de criptomonedas experimenta una jornada de fuertes retrocesos desde el pasado viernes, con Bitcoin cediendo el 5% y amenazando con continuar su caída hasta la barrera de los 105.000 €.
Ethereum tampoco tuvo un buen desempeño, retrocediendo hasta un 7% y cayendo por debajo de los 3.200 €. Estas dos monedas sirven de referencia para el precio de las demás altcoins, sobre las cuales también se extendió esta caída. Criptomonedas como Cardano (-8,7%), Dogecoin (-8,5%), Solana (-7,4%) o XRP (-6,7%) sufrieron un abandono sistemático del segmento de los activos de menor capitalización.

El fallo a la hora de establecer los precios en los exchanges y la decisión de Trump sobre los nuevos aranceles impuestos a China provocó una cascada de liquidaciones en el mercado de cripto que totalizó casi 1.200 millones de dólares en menos de 24 horas. Justo media hora antes, una cuenta recién creada en la plataforma descentralizada de Hyperliquid abrió una posición masiva en corto, apostando en la caída del mercado, lo que le permitió obtener una ganancia de 150 millones de dólares en segundos. El 79% de estos cierres forzosos correspondían a posiciones largas, lo que refleja la postura de miles de operadores apalancados que no pudieron cumplir con sus expectativas de subida en el mercado alcista (bull market). “Lo sorprendente es que la caída coincida con la búsqueda de licencias bancarias por parte de los principales actores”, afirma Rachael Lucas.
El deterioro en el mercado de las criptomonedas se suma a un contexto de creciente tensión. El pasado jueves, los inversores retiraron alrededor de 593 millones de dólares netos en la bolsa de Bitcoin y Ether. El mercado de inversión actual ha dado un giro radical: todas las liquidaciones y ventas de criptoactivos han cambiado de rumbo, dirigiéndose hacia metales preciosos como el oro, la plata, el platino o el paladio, históricamente considerados un valor refugio y un índice de estabilidad monetaria.
En lo que respecta al mundo de las inversiones, no tenemos una bola de cristal que prediga el futuro para saber en qué invertir mañana. Tan solo podemos informarnos, analizar y esperar. No podemos luchar contra las ballenas del mercado, únicamente adaptarnos a sus movimientos.

