“Odio, luego existo”: la nueva religión de Internet

Estamos en una época próspera. No por la economía, no por la paz mundial, sino porque nunca antes había sido tan fácil enfadarse. Antes se discutía en la fila del banco, en la sobremesa familiar o, a lo sumo, en el bar. Hoy basta con abrir Twitter, perdón, X, para que miles de extraños te odien por existir.

Discurso y delito de odio en redes sociales
El odio que se recibe a través de la pantalla

El odio online tiene su propio ecosistema. Un tweet simple se escribe primero: «Me gusta la pizza con piña». En cosa de segundos te acusan de destruir Italia, te piden cárcel y abren un hilo explicando por qué la pizza con piña es la decadencia de Occidente. ¡Lo increíble es que ni siquiera necesitas tener razón, solo necesitas seguidores!

De acuerdo con una investigación de la Universidad de Oxford las redes sociales suelen recompensar el contenido de carácter emocional, en particular el que es negativo. En otras palabras, a medida que gritas más, te escuchan más. Y claro, para un estudiante de primer año de Publicidad como yo, eso es oro puro: ¿quién necesita ética si tienes engagement?

Universidad de Oxford
Universidad de Oxford

Quizás el problema no sea Internet, sino nosotros mismos, que nutrimos al monstruo con cada «me gusta» vengativo o comentario sarcástico. Pero no se preocupen, no pasa nada: si todos odian, nadie es malo, ¿no?

Tal vez algún día descubramos que cada avatar esconde a una persona. Entretanto, continuaré en clase aprendiendo a hacer anuncios que emocionen…

MarioSerra

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