Licenciado en ADE y actualmente, estudiante de Publicidad y Relaciones públicas en la Universidad de Alicante, Vicente Pérez Ripoll, alterna su discapacidad con sus estudios a sus 48 años. Presenta una discapacidad desde hace 14 años que le impide mover las cuatro extremidades por un virus llamado mielitis que afecta a la médula. Conoceréis su día a día y un poco más de los 2,5 millones de discapacitados en España.
Pregunta: A parte de estudiar, ¿Qué hace en su día a día y en qué invierte su tiempo?
Respuesta: Después de contraer la enfermad y poder hacer algo en mi día a día, todo mi tiempo consistía en luchar por tener una vida lo más normalizada posible, intentando estabilizar con mi enfermedad. (…) Como he comentado antes, mis estudios de Publicidad los intento compaginar jugando a boccia, un deporte adaptado a personas con discapacidad parecido a la petanca, que requiere precisión y estrategia.
“Con la ayuda de mi familia y de personas a las que nunca podré agradecer estar ahí siempre (…) estoy logrando una cierta “normalidad” en mi vida” |
P: ¿Qué motivo o persona le hizo empezar a estudiar y por qué?
R: Unos años antes de contraer la enfermedad, más o menos, 2001, me matriculé en ADE (Administración y Dirección de Empresas) por la UNED, que evidentemente, tuve que interrumpir por la enfermedad. Al ca
bo de unos años, con la ayuda de una persona muy importante en mi vida, y su empuje, me decidí a ir a la universidad de Alicante (UA) con la intención de cursas los estudios que había dejado. En la UA encontré el CAE (Centro de apoyo al estudiante). Con esta ayuda, vi en la universidad una salida en mi vida para poder, en primer lugar, salir de casa, pero mucho más importante: relacionarme con las personas, socializarme, aprender… En definitiva, sentirme vivo.
P: En cuanto al entorno, ¿Cómo considera que debe ser para las personas con discapacidad?
R: Creo que en la educación y la conciencia desde las edades más tempranas en la escuela es fundamental para entender como debería ser el entorno en el que nos movemos cada día, intentado ponerse en nuestro lugar; establecimientos comerciales, restaurantes, aceras, edificios, estacionamientos para discapacitados, tanto y tanto todavía por llevar a cabo. Eso es lo que se refiere a lo físico, es decir, a las barreras físicas y arquitectónicas. Pero existen otras barreras mucho más importantes que son las mentales; no es fácil romper esa barrera. Por eso hago tanto hincapié en la importancia de educación donde se fomente la igualdad de oportunidades y donde se dé a conocer la diversidad funcional como algo natural que convive con las personas mal llamadas “normales”.
P: ¿Encuentra dificultades en su vida laboral/estudios?
R: Bueno, la Universidad de Alicante está bastante bien adaptada, aunque todavía quedan muchas cosas que se puede y se deben mejorar.
P: ¿Cuál es su opinión respecto el comportamiento de los demás hacia las personas con discapacidad, considera que se dan los prejuicios?
R: Sí,sí que creo que existen prejuicios, pero por las dos partes; desde mi visión como discapacitado cuando voy a pedir ayuda para algo, mi pregunta interior es: “¡Qué vergüenza! ¿Me hará caso?”. Supongo que de la otra parte surgirán también esos prejuicios. Como he dicho anteriormente, la educación de las personas juegan un papel muy importante respecto al comportamiento con las personas con discapacidad y viceversa, por supuesto.
“En los espacios cerrados el acceso con rampa bien hecha con la pendiente correcta es lo que más echo en falta…” |
P: ¿Qué aspectos le molestan de su entorno, es decir, en el supermercado, en la universidad o cualquier otro espacio que usted transite?
R: Pues definitivamente de por donde transite (…) desde la conducción en silla de ruedas, así como espacios diáfanos, y si hablamos de espacios abiertos, el piso por el que transitas cuanto menos rugoso y más liso sea, facilita la conducción.
P: ¿Cree que basta vivir estos casos tan comunes en primera persona o con alguien muy allegado a ti para concienciarte?
R: No hay duda de que una persona que vive con alguien que tiene una discapacidad o es muy allegado a él/ella, va a ser mucho más empático y va a estar más conciendiado/a a que una persona que no lo vive tan cerca. Por eso repetidas veces durante la entrevista estoy abogando por una educación por la igualdad de oportunidades, por la no discriminación, y por la difusión de la diversidad funcional como algo con lo que se tiene que convivir de manera natural, y eso pasa por concienciar y educar desde las edades más tempranas en la escuela.
P: ¿Se deberían ampliar las ayudas económicas que se les ofrecen a los discapacitados tras una valoración médica? Es decir, en la actualidad, se le da un audífono a un sordo si su sordera es muy elevada y quizá no deberían ser tan drásticos a la hora de valorar, ¿no?
R: Evidentemente, valoración médica hay que realizar. El problema radica en que, en primer lugar, la resolución de esa valoración en el caso de la Comunidad Valenciana, está centralizado en Valencia y no se tienen recursos suficientes (…), por otro lado, la persona que ha realizado la valoración está sujeta a unas tablas y a unas pautas económicas de las que no se pueden salir, sin tener en cuenta la realidad de cada una de las enfermedades o discapacidades y sus grados. (…) Dentro de lo complicado de los presupuestos y los recursos de que se disponen, desde mi punto de vista se trata de ayudar al que tiene esa discapacidad, independientemente de su poder adquisitivo.
P: “A través de la captación de denuncias, quejas y reclamaciones de la ciudadanía el 4 de diciembre de 2017, para que todos los productos, bienes, entornos y servicios sean accesibles, con arreglo a las condiciones básicas de no discriminación y accesibilidad universal”. ¿Cree que se debería haber establecido antes esta ley?
R: No tenía conocimiento de la existencia de esta ley. No cabe duda de que refundir en una ley todos los derechos de las personas con discapacidad puede ser algo positivo (…) aunque si tengo que ser sincero, soy bastante escéptico, sí que es cierto que esta ley plantea un cambio de modelo, pasando de estrictamente médico y asistencial, a uno basado en el reconocimiento de los derechos humanos y promueve la plena integración en los diferente ámbitos de la sociedad; la accesibilidad, libertad de movimiento, la saluda, la educación, el empleo, la habilitación y rehabilitación, la participación en la vida política, y la igualdad y no la discriminación.
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