
Durante la entrevista con Silvia sobre su experiencia como au pair en Londres.
Silvia Benavent Giménez, graduada en Derecho, decidió irse como au pair al extranjero y nos cuenta su experiencia durante el tiempo que estuvo en Londres y nos muestra la perspectiva que se tiene estando sola en otro país.
Pregunta: cuénteme con qué objetivo decidió irse a otro país como au pair.
Respuesta: Hola, buenas tardes. Principalmente decidí irme de au pair porque terminé la carrera en 2016 y posteriormente a ello tenía que hacer un Máster. La duración de este era de año y medio y yo terminé en mayo, con lo cual hasta septiembre no volvía a retomar estas prácticas. Entonces decidí que, a esta edad, con la oportunidad que tenemos de poder acceder a otro país y con las facilidades que tenemos para aprender inglés, quería obtener un titulo del idioma de nivel B2 y decidí irme a Londres.
P: Entonces el país de destino fue Londres, ¿cómo eligió el país al que quería ir?
Porque es un país en el que tienes la garantía de que vas a aprender. Una amiga me dijo que me recomendaba totalmente ir a otro país y elegí Londres porque pensaba que practicaría mucho el inglés, me iba totalmente sola y me parecía el lugar idóneo para vivir la experiencia.
P: ¿Buscó ayuda de agencias o investigó usted por su cuenta? ¿Fue muy largo este proceso?
En primer momento decidí buscar por mi propia cuenta, pero no sabía muy bien cómo hacerlo, ni como buscar a esa familia ideal, por así decirlo. Y finalmente accedí a una agencia y me puse en manos de ellos. Me ayudaron mucho y su tarto fue muy bueno, me buscaron una familia que se acoplara mas o menos a mi personalidad, a mi carácter y a mi cultura para que yo no me sintiera incomoda.
El proceso fue con la mayor brevedad posible, con la seguridad de que todo iba a salir bien y con todas las garantías. Me lo gestionaron con mucha confianza y me ponían en contacto con las posibles familias. Me dio mucha tranquilidad el hecho de haber ido a una agencia.
P: ¿Por cuánto tiempo decidió irse allí?
Me fui en total unos tres meses, aunque me hubiese gustado alargarlo, pero a causa del Máster que le he comentado anteriormente, fue poco tiempo, pero muy intenso y una experiencia que no olvidaré nunca.
P: Una vez en Londres, ¿se encontró lo que esperaba?
Cuando estás aquí vas fantaseando la vida en el otro país y todo lo que yo había imaginado sí se acoplo con lo que yo había pensado. No estuve a disgusto en ningún momento, pero si que es verdad que hay detalles que hubiera cambiado.
P: ¿Cómo era la familia y sus costumbres?
La familia vivía en el centro de Londres, tenían cinco hijos, es decir siempre había mucha actividad en la casa. Eran muy religiosos y esto a mi me daba mucha seguridad, su carácter era muy responsable y seguían siempre las mismas pautas a la hora de tener una rutina. La educación de los niños era muy buena, no tengo nada que objetar y siempre intentaban que yo estuviese feliz. La verdad que muy familiares y me hacían sentir como en casa.
P: ¿Y los niños como le recibieron?
Recuerdo que cuando llegué al aeropuerto vino el padre de familia con dos niños a por mi y esto me causó seguridad y afecto en el sentido de que ya veía que ellos querían que formara parte de su familia desde el minuto uno. Llegué a la casa y me reuní con el resto de la familia, me enseñaron su hogar y las niñas me hicieron dibujos. Yo sentía que iba a estar como con mi segunda familia, la verdad no con todos puedes llevarte igual, pero en general fue un trato muy bueno.
P: Cuéntame que hacia un día normal desde que se levantaba por la mañana hasta que terminaba sus tareas. ¿Cuál era su horario laboral? ¿Tenía tiempo libre para usted?
Entre semana siete y media de la mañana empezaba hasta las nueve y media. Dos horas mas o menos en las que preparaba a los niños en su higiene personal, los vestía, les preparaba el desayuno, les ayudaba a leer o a recitar alguna oración, me encargaba de recoger toda la cocina, de tender… la madre los llevaba al colegio y yo me quedaba en la casa manteniendo el orden. Después tenia de nueve y media a tres y cuarto libre con lo que me permitía ir a clases de inglés o ir a visitar sitios próximos.
De tres y cuarto a siete y cuarto hacia las tareas, preparaba la cena, los bañaba, ordenaba las habitaciones, incluso la de los padres, el aseo de baños… mantener el orden de toda la casa.
A las siete y cuarto terminaba y ya tenia tiempo libre hasta la mañana siguiente, pero tenía que hacer “baby sittings” dos veces por semana. Esto significaba que los padres tenían la libertad de irse dos tardes fuera, una vez terminado el horario laboral y yo me tenia que encargar de cuidar a los niños. Los fines de semana los tenía siempre libres.
P: ¿Tuvo algún tipo de problema en el hogar?
No tuve ningún tipo de problema, la habitación era muy grande y espaciosa, tenía televisión para mí y esto también me permitía en mi tiempo libre poder practicar ingles o hacer mis cosas.
Siempre se preocupaban por mí, pero sí que es verdad que había tareas que tenía que hacer con las que no estaba conforme porque creo que no correspondían a una persona que va de au pair.
P: Hablando de su trabajo allí, cuénteme que salario recibía, cuando solían entregárselo y como.
Recibía un salario de noventa libras a la semana. Una vez allí, haces comparativos con otra gente y te das cuenta de que noventa libras a la semana, por seis horas o seis horas y media, todos los días, dos “baby sitting” y cinco niños, la verdad que me parece un salario pobre, porque allí la vida es cara.
La manera de recibir el salario era en mano los viernes por la tarde siempre a la misma hora. Se aconseja que una vez allí dispongas de una cuenta en el banco por el hecho de tramitarlo vía internet, pero como solo estuve tres meses la manera más cómoda era en mano.
P: ¿Aún mantiene el contacto con ellos?
Han pasado cinco meses desde que estuve allí y mantenemos contacto vía Whatsapp en algunas fechas señaladas, nos felicitamos o nos preguntamos por la familia o los estudios. Pero no es una relación de amistad, no tenemos un gran vinculo hoy en día.
P: Sobre el idioma, ¿se comunicaban bien o les costaba entenderse?
Ellos obviamente no saben español y yo el inglés que pueda entender de ellos, había cosas que se me escapaban obviamente, al principio sí que me costaba poder entenderlo todo a la primera, pero problemas de comunicación no hubo. Con los dos niños mas pequeños si que costaba un poco, hacerse al oído de una persona inglesa es difícil y sí que me ayudó mucho en cuanto a ese aspecto ya que me habitué y ahora ya me puedo defender con mucha más habilidad.
P: Entonces, ¿Usted realmente cree que le sirvió y aprendió inglés?
La verdad es que sí. Me fui sola y me tenia que esforzar, no había otra posibilidad. Como pasaba mucho tiempo en la casa, intentaba ver la tele en inglés, hacer ejercicios de la academia, los sábados por la mañana iba a clases y esto si que me resulto de mucha ayuda y en tres meses pude aprender bastante y obtener el B2 que es la finalidad con la que yo me fui.
P: Para terminar, ¿Recomendaría vivir esta experiencia o cambiaría algo de ella?
En principio yo los animaría a todos los jóvenes que fueran a otro país de au pair durante un periodo de su vida. Lo recomendaría, pero si que es verdad que se tendrían que asegurar de todas las tareas que tendrían que realizar porque yo estuve muy a gusto, pero había tareas que no me correspondían hacer dentro de la casa y esto puede crear un clima de incomodidad.
Que todo se quede hablado y estipulado en un contrato antes de irse, que corresponda a tus expectativas, pero al margen de eso yo sí le recomendaría a cualquier persona a dar el paso e irse fuera.

Saludando a Silvia antes de ser entrevistada.