Para recordar: Lady Gaga es una cantante con mucha coherencia estilística. Es una diva del pop con un sonido identificable, y eso es lo que intenta conseguir de nuevo en este disco: no perder lo que le caracteriza, pero a la vez introducir nuevos elementos que hagan de su pastelito toda una tarta sobrecargada, que es en lo que se ha basado siempre su música. Esto tiene un resultado positivo en canciones como Aura o Venus, los dos primeros temas, donde se concentran las letras más interesantes y divertidas, los estribillos más novedosos, sorprendiendo o por su tinte exótico o por la incursión de elementos extraños bien colocados.
Ocurre lo mismo con Applause, el single presentación, la única canción que tiene todo lo que pretendía hacer bien el disco pero que sólo consigue aquí: un explosión masiva de sonidos electrónicos y potentes que queden elegantes al mismo tiempo. También destaca Do What U want, pero por ser todo lo contrario a estos anteriores temas. Sin alejarse del sonido del disco aporta aire fresco, un ritmo pegadizo y una buena colaboración (que no se repetirá en otros temas). De hecho, es la única canción del disco que suena algo moderna.
Para olvidar: Las intenciones, o súper intenciones de Gaga tienen un mayor peso negativo. El disco en sí suena sobrecargado, producido de más, cargante y monótono. Hay multitud de temas que podrían ser el mismo a la vez, feos, machaqueros y con un sonido mecánico que sólo causa una sensación en el oyente: que la canción acabe. Esto ocurre con G.U.Y., donde Gaga juega a hacer música de película de terror de manera fatídica o Jewels, con un sonido de videojuego cansino, experimento que se repetirá en Swine o MANiCure, por ejemplo.
No faltan las ideas buenas que llevadas a la práctica fracasan: es el caso de la balada Dope, que muestra lo mejor de Gaga, pero que ni impresiona ni emociona (de nuevo, por la intención de sonar “extraña”) o Fashion, con un intro que parece indicar que va a aportar algo de frescura al disco y acaba siendo una intención (de nuevo) de banda sonora de anuncio guay de moda. La excesiva duración de las canciones es otra de las cosas que hacen de Artpop un disco imperfecto. Es el caso de Mari Jane Holland que es aburrida. Y un exceso también de temas (con 12 sobraba).
Todo resulta ser una desesperada intención de «cuanto más mejor» o un «cuanto más azúcar más dulce», produciendo una sobredosis.
En conclusión, lo que tiene de excéntrico el personaje de Lady Gaga lo tiene también su música, para bien y para mal. En su anterior disco el conjunto quedaba bien, pero en este repite la estrategia sin conseguir el mismo resultado. ARTPOP es un disco que se hace pesado de escuchar, que de tantas pretensiones de hacer arte se olvida de hacer algo más bonito, y sobretodo, se olvida de hacer pop.