En España más del 30% de los jóvenes de entre 14 y 25 años juegan y apuestan sin ningún control.
En el caso de Ismael, que lleva un año en terapia, sorprende lo joven que era cuando empezó en el mundo del juego: “Tengo 18 años y empecé apostando con mis amigos a través del móvil a los 15 años”. Este caso es especial, ya que fueron sus amigos los que le iniciaron en el juego: “Si no apostabas no tenías amigos y al final el juego se convierte en una espiral que no conduce a ninguna parte”. Consiguió dejar el juego con ayuda de una asociación: “Cuando ya no me quedaba más dinero que gastar decidí buscar ayudar y empecé el tratamiento de inmediato”.
Lo mismo le ocurrió a Juan, que lleva siete años sin jugar: “Mis amigos fueron los que me introdujeron al mundo de las apuestas online”. Acabó aislándose de sus amigos y familiares para poder jugar: “Al final estaba solo y no me importaba nada más que apostar todo el dinero que tenía en el momento”.
Otro caso más común es el de Alberto, que lleva dos años y medio en terapia: “Al principio jugaba para hacer amigos en los salones de juegos y al final para mí solo existía el juego y nada más”. Llegó a endeudarse para seguir jugando: “Cuando me quedaba sin dinero para jugar, llamaba a cualquier compañía de micro préstamos y pedía dinero sabiendo que no lo iba a poder devolver”. Su familia le descubrió y le ayudó: “Cuando mi familia supo que me pasaba el día en el salón de juegos me di cuenta de lo avergonzado que me sentía y decidí buscar ayuda”.
En la mayoría de casos como los de Ismael, Juan y Alberto, se utiliza el juego como un analgésico. Les ayuda a afrontar y superar situaciones emocionalmente negativas. Poco a poco todos los estímulos asociados al juego empiezan a convertirse en la principal fuente de dolor. Después de esto la persona no sabe cómo apartarse de ello.
Muchos jóvenes en España están en esta misma situación. Todo debido a las facilidades que las plataformas de apuestas dan a la población para acceder a sus servicios. Y es que hace unos años la media de edad de los jugadores era de 28 años y ahora está al límite, 18 años.
Esto lleva a pensar en las consecuencias que el desarrollo de las nuevas tecnologías está dejando en los jóvenes. Y es que según la Asociación para la Prevención y Ayuda al Ludópata (APAL) más del 30% de los nuevos ludópatas son jóvenes de entre 14 y 25 años.
¿QUÉ ES LA LUDOPATÍA?
La ludopatía se caracteriza principalmente porque existe una dificultad para controlar los impulsos. Se manifiesta al practicar, de manera compulsiva, uno o más juegos de azar. La ludopatía afecta a la vida de las personas de muchas formas. En algunos casos la familia, el sexo o incluso la alimentación pasan a ser algo secundario.
No se debe confundir la ludopatía con un vicio. En la mayoría de casos nos encontramos ante una grave enfermedad crónica.
Según la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (FEJAR) la ludopatía “consiste en una alteración progresiva del comportamiento por la que el individuo siente una incontrolable necesidad de jugar (juegos de azar), menospreciando cualquier consecuencia negativa”.
Encontramos en la mayoría de casos de ludopatía, como consecuencia de la enfermedad, una baja autoestima. También encontramos apatía, depresión y ansiedad. Esto afecta gravemente a las relaciones sociales y familiares de la persona que padece la enfermedad.
¿QUÉ TRATAMIENTO TIENE?
El primer paso ante una adicción en la que no intervienen sustancias es el de aceptar y reconocer el problema. Este paso es necesario para que el proceso de recuperación pueda empezar. En la mayoría de los casos la persona se niega a aceptar que tenga un problema o que necesite tratamiento.
Existen diferentes terapias, grupos de autoayuda y medicación con la que se puede hacer frente a la ludopatía.
La terapia más eficaz ante la ludopatía es la cognitivo-conductual. Esta terapia consiste en identificar qué te ha llevado al problema y qué lo mantiene. Seguidamente se diseña un tratamiento específico para tu problema que reduce el impulso de jugar hasta eliminarlo.
El tratamiento cognitivo-conductual se puede complementar, pero nunca sustituir, con otros tratamientos efectivos. Los grupos de apoyo, donde personas con el mismo problema comparten experiencias. Aquí un terapeuta enseña recursos para controlar la enfermedad con técnicas de relajación, generación de conductas alternativas al juego, etc.
También se han realizado estudios sobre medicamentos en el tratamiento de la ludopatía. Los resultados sugieren que los antidepresivos pueden ayudar a tratar los síntomas de esta enfermedad.
La ludopatía tiene un alto porcentaje de recuperación con tratamiento. Es una enfermedad crónica por lo que siempre pueden aparecer recaídas en las que el individuo vuelva a jugar. Se ha demostrado que con tratamiento y esfuerzo esta adicción no te impide llevar una vida completamente normal.