Dami Caballero explica qué es la genealogía y cómo influye en la vida de las personas
Tenemos con nosotros a Dami Caballero, profesional de la salud holística, especializada en la psicoterapia y el estudio de la genealogía. Antes de especializarse en esta rama, se formó en Valencia y obtuvo el título de Terapeuta Craneosacral Biodinámica, para formarse posteriormente en Barcelona en el campo de la genealogía.
La profesión de Dami se basa en descubrir la causa de determinados conflictos emocionales indagando en el estudio del árbol genealógico de la persona. A parte de esto, la genealogía nos permite descubrir y entender comportamientos repetitivos inconscientes, como, por ejemplo, patrones de conducta a la hora de elegir qué carrera profesional escoger, tema en el que profundizaremos en esta entrevista.
Pregunta: En primer lugar y a modo de introducción, ¿cómo definiría usted la genealogía?
Respuesta: La genealogía es el estudio del árbol genealógico, que básicamente es la fuente de nuestra base de datos. Nuestra mente está programada, posiblemente en un 95%, de manera inconsciente por nuestros ancestros. El sistema de creencias que a ellos les ha llevado a la “supervivencia” es la herencia llamada epigenética conductual.
P: ¿A qué se refiere cuando habla de supervivencia?
R: Cuando hablo de supervivencia me refiero a la integración dentro de la propia sociedad. Somos seres individuales, pero todos pertenecemos a grupos, y el primer grupo en el que entramos cuando nacemos es el de nuestra familia. A medida que crecemos, nos vamos adaptando a ese grupo para ser aceptados. Somos parte de un clan y a la vez lo formamos.
P: ¿Y cómo afecta esa herencia de creencias en nuestra vida?
R: Una creencia es un código en nuestra mente, es decir, un pensamiento, que nos lleva a una acción que genera una emoción. Esta emoción determina un estado físico y mental. La primera persona en nuestra vida de la cual recibimos esos códigos es nuestra madre, durante el periodo de gestación, momento en el que ya comenzamos a escuchar y sentir las emociones de ella. No es hasta el final de la pubertad cuando empezamos a establecer un sistema de creencias libre de la influencia de nuestros padres, pero esa influencia siempre nos va a acompañar. Por lo tanto, la herencia de creencias nos afecta en cualquier ámbito de nuestra vida: la forma de comer, de hablar, de dormir, etc. Incluso, en pequeños detalles como gestos, que pueden venir de un bisabuelo sin haberlo siquiera conocido, porque esa información es atemporal.
P: Entonces, a la hora de escoger, por ejemplo, una carrera universitaria, ¿estamos también influidos por nuestros ancestros?
R: En parte sí, pero no significa que a todo el mundo le afecte de igual manera. Es decir, habrá jóvenes que imiten los patrones profesionales, otros que realicen los que sus ancestros no han podido conseguir, otros que imiten patrones, pero cambiando algún factor para que sea beneficioso… Por ejemplo, un enólogo puede ser el nieto de un hombre que haya muerto de alcoholismo o un abogado puede ser familiar de alguien que haya sufrido un injusto encarcelamiento. No solo es imitar al clan, sino que también se reparan las conductas para evitar que las futuras generaciones tengan ese patrón.
P: ¿Y qué hay de la gente que decide no estudiar?
R: Sencillamente, puede que ellos no lo hayan decidido. Es otro patrón dentro de otro sistema de creencias de una familia distinta. Si esa familia tiene el patrón de desvalorizar los estudios, muy posiblemente el hijo o hija acabe no estudiando. O puede pasar todo lo contrario, que repare ese patrón y termine estudiando varias carreras, por ejemplo, aportando así un nuevo patrón para las futuras generaciones.
P: Entonces, ¿es posible cambiar esas creencias?
R: Sí, es posible. De hecho, mi profesión se basa en acompañar al cliente para reconocer las creencias limitantes en su árbol genealógico.
P: Y una vez localizadas, ¿cómo hace usted para cambiarlas?
R: Lo más importante es cambiar la creencia negativa por una positiva. Siguiendo con el ámbito académico, voy a poner el siguiente ejemplo: Una madre que siempre le ha dicho a su hijo que estudiar es muy difícil y que no sirve para nada, que es mejor trabajar. El hijo tiene esos patrones en su mente, y para reprogramarla se utilizan muchas técnicas, pero entre ellas, está la de establecer creencias nuevas que enuncien todo lo contrario, en positivo. Por ejemplo, estudiar es fácil, estudiar es lo mejor para mí, estudiar tiene futuro, etc.
P: Nos acercamos al final de la entrevista. Antes de terminar, me gustaría saber si, por lo que nos ha contado, son todas las creencias que heredamos negativas.
R: Por supuesto que no. En mi trabajo siempre trato con creencias negativas porque hay que cambiarlas, pero en el día a día somos lo que somos gracias a muchas creencias positivas que de igual forma vienen de nuestros ancestros. De hecho, debemos honrar la herencia de esas creencias positivos que nos ayudan.
P: ¿Y que sería una creencia heredada positiva?
R: Pues, por ejemplo, unos padres que siempre hayan escuchado y acompañado a los hijos a la hora de escoger qué hacer con sus vidas. Has heredado una creencia que se basa en la libertad, lo cual es muy positivo.
P: Para terminar, ¿le gustaría añadir alguna cosa que pueda ser de ayuda para los lectores?
R: Sí, citando a uno de los grandes maestros de la meta genealogía, Alejandro Jodorowsky, “Todo el mundo debería conocer su árbol genealógico. La familia es nuestro cofre del tesoro o nuestra trampa mortal”.
Es interesante descubrir nuevas formas de entender el funcionamiento de nuestra sociedad y nuestra mente, y cómo los comportamientos y acciones de las personas pueden ir directamente ligadas con la de los ancestros. Algo tan común y, a la vez complicado, como escoger qué estudiar puede estar altamente relacionado con lo que los padres inculcan a sus hijos. Como ha dicho Dami, “Nuestra mente está programada”, pero es posible desprogramarla.