“Hay cuatro palabras que abren muchas puertas: perdón, gracias, te quiero y por favor”.
Francisco José Ponce Lorenzo comienza una nueva etapa al aceptar el cargo como nuevo director del Hospital Virgen del Castillo, ubicado en el Área del Altiplano murciano. Francisco se define como una persona soñadora, no deja de mirar más allá, como persona inquieta que es. Explorar nuevos campos, conocer gente,… Siempre sueña con que puede haber un mundo mejor. A sus 50 años, no se detiene ante los nuevos retos que se le presentan, ya que los considera como una oportunidad de mejorar lo conseguido hasta ahora y a lo largo de toda su trayectoria profesional. La motivación y el entusiasmo llegaron para quedarse en la región murciana.
En esta entrevista conoceremos algunos de los pensamientos y opiniones de este médico de familia, nacido en Petrer, donde continúa viviendo junto a su increíble familia.
Pregunta. Una vez acabados los estudios superiores, y a pesar de que por su profesión no ha dejado de formarse en distintos campos y de seguir aprendiendo, ¿esperaba llegar donde está ahora?
Respuesta. Nunca. Si te digo la verdad, yo pensaba que iba a estar en mi consulta toda mi vida pero por el contrario, mi trayectoria ha sido un continuo afrontamiento de diferentes retos. Desde el principio de mi carrera he tenido el privilegio de ostentar responsabilidades organizativas. Este nombramiento lo he visto como el desarrollo natural de toda mi trayectoria profesional. Para mí ha sido importante llegar a la gestión sanitaria al igual que lo fue estar en docencia, en investigación o en otras muchas cosas. Soy de las personas que opina que lo que te ofrece la vida tenemos la obligación que cogerlo. Aún así, bienvenido sea, y con muchas ganas de hacerlo lo mejor posible.
P. Dejaste constancia de dos oraciones un tanto curiosas en otra intervención en la que decías “debemos servir de pegamento entre el profesional y el paciente” y “hay que salir del modelo paternalista. El paciente sabe lo que quiere…”. Dejando de lado todo esto, pues forma parte de la respuesta a la pregunta que le voy a realizar. ¿Qué piensa Francisco Ponce que puede aportar como nuevo director del H. Virgen del Castillo?
R. He tenido la grandísima suerte durante mi trayectoria de trabajar codo con codo con grandes profesionales. Estar a su lado es muy fácil, por ello lo que tienes que tratar es de no estropear lo bueno que realizan día a día (decía entre risas). Mi misión es servir de hilo conductor entre todas las propuestas que los profesionales hacen para mejorar su trabajo y el servicio que reciben los ciudadanos. Un directivo o líder nunca debe ser un obstáculo, tiene que servir a los demás. Por ello, mi forma de servir es estar a su disposición en todo lo que necesiten e intentar proveerlos de cualquier cosa que esté a mi alcance. Respecto a mis palabras del artículo, con pegamento me refiero a que tiene que haber una corresponsabilidad en la Sanidad. El profesional sanitario tiene que ser muy responsable en su trato con los ciudadanos, y el ciudadano tiene que ser muy responsable con cuidar y conservar la viabilidad de su sistema sanitario.
P. Debido al nuevo récord de donaciones realizadas en 24 horas, batido en España hace pocos días, en el que se superó la marca de 15 llegando a 19 donantes fallecidos en tan sólo un día. Le quería preguntar sobre la España líder mundial durante 27 años en donación y trasplante de órganos. ¿Por qué somos los españoles Nº1 en este ámbito?
R. Los españoles somos gente solidaria. En España existe la cultura de la ayuda. Por otra parte, sin ninguna duda, si no hubiera un excelente sistema sanitario como es el español, esto sería imposible, por mucha solidaridad que tuviéramos. Hemos logrado entre todos crear un sistema de trasplantes impresionante en el que colaboran tanto los ciudadanos con sus donaciones como multitud de profesionales de distintos ámbitos, los de transporte, los sanitarios y un largo etcétera difícil de igualar.
P. Debido a que ejerció como concejal en el Ayuntamiento de Petrer ¿qué aprendió de esa experiencia, sabiendo que es un ámbito distinto al que suele ejercer?
R. He sido concejal durante 15 años a lo largo de 4 legislaturas. En 2 de ellas tuve responsabilidades como Concejal de Sanidad. Como es bien sabido, las Concejalías de Sanidad municipales tienen competencias muy limitadas, lo que me permitió centrar la mayoría de mis esfuerzos en mi carrera como médico. La última legislatura, estando en la oposición, coincidió con mi nombramiento de Coordinador de Equipos de Atención Primaria en el Altiplano murciano y vi ya el momento de dar un paso atrás, dejando a un lado la política.
Conviene recordar un hito de esa etapa. Hace ya 10 años y durante una legislatura realizamos un programa de deshabituación tabáquica en el que participaron más de 1500 personas y en el que fuimos capaces de financiar con la ayuda de los despachos de farmacia de la localidad, la Diputación de Alicante y el propio Ayuntamiento, vareniclina que es el fármaco que se utiliza para este menester, contando con un equipo de profesionales en este campo. Se consiguió un 40% de éxito de abandonos al año, convirtiéndose en una experiencia brutal. Hoy en día, fíjate, el Gobierno actual ha propuesto que a partir del 1 de enero de 2020 se empiece a financiar la vareniclina, algo que ya hacíamos en Petrer hace años.
P. De toda tu trayectoria profesional, ¿qué es lo que más y lo qué menos le ha gustado?
R. Empezando por el lado bueno, lo que más me ha gustado es haber podido relacionarme con la maravillosa gente que he podido conocer a lo largo de todos estos años. He tenido la inmensa fortuna de conocer grandísimos profesionales, sabios, con ganas de empatizar, que me han ayudado mucho a crecer como persona y como profesional.
Lo peor que me he podido encontrar ha sido la impotencia que he sufrido en ocasiones en las que no se ha podido solucionar un problema o en alguna situación con pacientes, que me han dejado un sabor amargo tras su marcha. Como me has mencionado antes, la medicina paternalista es en la que acabamos sintiéndonos padres de los pacientes, pensando que toda la responsabilidad es nuestra, cuando realmente se trata de compartir responsabilidades.
R. ¿Tiene alguna anécdota que le haya marcado profundamente?
P. Tengo millones de anécdotas en urgencias, en la consulta… Pero hay una que para mí define lo que es la medicina de familia.
Un día mientras pasaba consulta en el centro de salud acompañado de mi R3 de medicina de familia y con una estudiante de sexto de medicina me pusieron un aviso a domicilio para visitar a unos pacientes. Al acabar la consulta nos dirigimos al domicilio en el que se encontraba una pareja de ancianos. El marido tenía 93 años y la mujer 90. Hablando con ellos, su marido me dijo en un momento de la conversación “Paco, ¿sabes lo que más echo de menos? Echo de menos bailar con mi mujer” y le contesté: “¿qué es lo que te gustaba bailar?” a lo que el señor me respondió “tangos”. A mí que casualmente me encanta cantar tangos le propuse hacer uno a medias, a lo que el señor sin dudar aceptó. Imaginad la situación con la estudiante, la residente, el dueto, la señora… Fue uno de los días más potentes de mi carrera.
Yo sabía que como médico no podía hacer gran cosa por mejorar la salud de aquellas personas, pero simplemente intenté ser humano. Lo que yo le pude compartir con aquella persona, ella me lo devolvió con creces . Los pacientes se quedaron encantados y yo, como puedes esperar,más, tuve gasolina para varias semanas (dice entre carcajadas). A mis estudiantes les dije que esto era medicina de familia en estado puro.
P. Recuerdo también haber leído una oración en la que dice textualmente “Hay cuatro palabras que abren muchas puertas: perdón, gracias, te quiero y por favor”.
Aprovechando la maravillosa cita, quería finalmente pedirle ¿cuál es el mejor consejo que podría dar a alguien, especialmente a jóvenes, dada su gran experiencia tanto vital como laboral?
R. Esas cuatro palabras creo que definen un poco mi forma humanista de ver la vida. Proceden de la tradición hawaiana Ho’oponopono, que como dije te son capaces de abrir puertas, además de corazones. ¿Cuántas veces no decimos perdón cuando tenemos que decirlo o gracias, o decir te quiero a las personas que nos importan todos los días?
Tengo una pequeña anécdota con esta frase. A la semana de incorporarme como director al hospital de Yecla recibí una carta de la asociación de Testigos de Jehová de la población, que como tú leyeron la noticia en el periódico y como les gustó mucho la frase, me lo hicieron saber a través de este correo, dándome las gracias y su apoyo en esta nueva andadura.
Respecto a la pregunta, la enseñanza que me gustaría trasmitir es que debéis ser curiosos, tener la mente abierta, trabajar por lo que queréis, creer en vosotros mismos, buscar el bien por el bien e intentar mejorar la vida de los demás como único camino para mejorarte a ti mismo como persona.