ARTICULO DE OPINION ALEJANDRO CANO
El reciente accidente de Ángela Agudo en Tailandia, que la ha dejado en coma y en un estado crítico, ha desatado una oleada de preocupación y apoyo entre la ciudadanía española. Sin embargo, este trágico incidente ha puesto de manifiesto la necesidad de una respuesta efectiva y ágil por parte del Gobierno español en casos de emergencia en el extranjero. La familia de Ángela, que enfrenta una factura de hospitalización desmesurada —unos 5,000 euros diarios—, se encuentra en una situación desesperada y ha hecho un llamado al Gobierno para que gestione la repatriación de la joven en un avión medicalizado.
Este caso invita a reflexionar sobre la responsabilidad que asumen las autoridades españolas cuando un ciudadano se encuentra en situaciones extremas en el extranjero. Hasta el momento, la embajadora en Tailandia ha mostrado su disposición, pero los trámites burocráticos parecen ralentizar una posible repatriación, la cual podría ser clave para la supervivencia de Ángela. Con un precedente similar en el que el Gobierno español organizó la repatriación de otro ciudadano en situación crítica, ¿por qué debería ser diferente en el caso de Ángela? ¿Cuántos obstáculos burocráticos más debe sortear una familia en una situación tan crítica?
Además, este suceso resalta la importancia de contar con seguros de viaje robustos y adecuados. No es raro que los seguros estándar dejen de cubrir una estancia médica prolongada y costosa, especialmente en países con sistemas de salud caros. Ante esta realidad, es fundamental que tanto los ciudadanos como el Gobierno promuevan y faciliten la adquisición de seguros que contemplen contingencias graves, de modo que las familias no se vean tan indefensas en situaciones límite como la que vive la familia de Ángela.
La movilización solidaria de personas en redes sociales y plataformas de recaudación de fondos es otra muestra de cómo la sociedad civil puede brindar apoyo en momentos difíciles, sobre todo cuando las instituciones no logran actuar con la rapidez que la situación demanda. La familia de Ángela ha puesto en marcha una campaña de donaciones para cubrir los gastos del hospital y su posible repatriación, pero depender de la solidaridad social no debería ser la única opción para los familiares de quienes se encuentran en situaciones de emergencia en el extranjero.
En última instancia, el caso de Ángela debería impulsar al Gobierno español a reformar sus protocolos de asistencia a ciudadanos en el extranjero, garantizando un respaldo efectivo y acelerado en casos de emergencia médica grave. Asimismo, podría ser un momento para repensar políticas que faciliten la asistencia médica y la repatriación en casos críticos, involucrando no solo a Exteriores sino también a Defensa y Sanidad, asegurando así que ninguna familia tenga que recurrir a campañas desesperadas para salvar la vida de sus seres queridos.